En el sur de la ciudad de Rafah, una casa fue impactada por un bombardeo israelí que resultó en la muerte de al menos nueve personas, incluyendo seis niños, según informaron autoridades hospitalarias.

La ofensiva de Israel contra el grupo militante islámico Hamas ha generado una escalada dramática de tensiones en Medio Oriente, especialmente entre Israel e Irán en las últimas semanas.

Alrededor de la mitad de la población de Gaza, unos 2,3 millones de personas, se encuentran refugiadas en Rafah, muchas de ellas desplazadas por los enfrentamientos en otras zonas.

En el hospital al-Najjar, familiares lloraban y abrazaban los cuerpos cubiertos de los niños.

'Hamza, mi amado.

Tu cabello se ve tan bonito', dijo una abuela en duelo.

Entre las víctimas se encontraban Abdel-Fattah Sobhi Radwan, su esposa Najlaa Ahmed Aweidah y sus tres hijos, según relató su cuñado Ahmed Barhoum.

Barhoum perdió a su esposa, Rawan Radwan, y a su hija de cinco años, Alaa.

'Este es un mundo desprovisto de valores y moral humana', expresó Barhoum entre lágrimas mientras sostenía el cuerpo de Alaa.

'Los únicos mártires fueron mujeres y niños'.

Israel ha insistido durante meses en su intención de llevar a cabo una ofensiva terrestre en Rafah, donde asegura que se refugian muchos militantes de Hamas, a pesar de las llamadas a la contención de la comunidad internacional, incluyendo su aliado más fuerte, Estados Unidos.

Algunos palestinos abandonaron un área de Rafah cerca de la frontera con Egipto tras recibir una alerta de evacuación por parte del ejército israelí. 'Chicos, van a atacar a las 3:40. Ya está sucediendo.

¿Qué hora es ahora?', dijo uno de ellos.

Minutos después, se produjo un bombardeo.

Aún se desconoce si hubo víctimas mortales.

Además del bombardeo en Rafah, un ataque aéreo israelí también impactó una casa en el campo de refugiados urbano de Bureji, en Gaza central, matando al menos a un hombre e hiriendo a otros dos, según autoridades del hospital al-Aqsa Martyrs, donde un periodista de AP presenció los heridos.

La guerra fue desencadenada por un ataque sin precedentes el 7 de octubre en el sur de Israel por parte de Hamas y otros grupos militantes, que resultó en la muerte de unas 1200 personas, la mayoría civiles, y en el secuestro de unas 250 personas llevadas a Gaza.

Israel afirma que alrededor de 130 rehenes continúan en Gaza, aunque más de 30 han fallecido.