Israel ha informado que a partir de este año comenzará la retirada de miles de soldados de la Franja de Gaza, marcando así el primer paso significativo de reducción de tropas desde que comenzó la guerra hace casi tres meses.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha declarado que el país tiene la intención de continuar con su lucha contra Hamas.

La retirada de cinco brigadas se realizará para brindarles descanso y entrenamiento, y muchos de los militares regresarán a la vida civil en Israel.

El motivo detrás de esta reducción de tropas podría ser la creciente condena internacional a Israel, ya que ciudadanos de todo el mundo se horrorizan cada vez más por la gran cantidad de víctimas civiles en Gaza.

Australia fue uno de los 153 países que votaron a favor de un inmediato alto el fuego humanitario en la Asamblea General de las Naciones Unidas el mes pasado.

Solo hubo 10 votos en contra y 23 abstenciones.

Aunque Israel se encuentra aislado en estos momentos, está acostumbrado a estar en minoría en la ONU, ya que cree que el organismo tiene una predisposición crónica en su contra.

El factor más importante para el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no es la opinión pública internacional, sino la opinión pública israelí, y la mayoría de los israelíes desean que se elimine a Hamas como una amenaza militar en Gaza tras la masacre del 7 de octubre que dejó 1200 personas muertas en el sur de Israel.

La única excepción a esta regla es Estados Unidos, que es el aliado de seguridad más cercano de Israel y le proporciona miles de millones de dólares en ayuda militar cada año.

Aunque la administración Biden no ha llamado a un alto el fuego, sí ha solicitado pausas humanitarias para permitir la entrada de más ayuda y ha instado públicamente y en privado a Israel a adoptar un enfoque más preciso para eliminar los objetivos de Hamas y minimizar las víctimas civiles.