Se ha alcanzado un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hezbollah, marcando un avance significativo en la desescalada del conflicto en la región.

Beirut: Tras casi 14 meses de hostilidades vinculadas a la guerra en la Franja de Gaza, Israel ha dado su aprobación a un acuerdo de alto el fuego con el grupo Hezbollah.

Este momentáneo cese de las hostilidades, que comenzó a las 4 a.m.

hora local el miércoles, representa un paso significativo hacia la reducción de la tensión en una región marcada por el conflicto.

La escalada de violencia comenzó tras el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre de 2023, lo que desató una serie de enfrentamientos en varias áreas del Oriente Medio.

El acuerdo establece un alto el fuego inicial de dos meses, durante el cual se espera que Hezbollah ponga fin a su presencia armada en un amplio sector del sur de Líbano.

A su vez, se contempla que las tropas israelíes regresen a su lado de la frontera.

Esta medida incluye el despliegue de miles de tropas libanesas y de fuerzas de paz de la ONU en el sur del país, además de la supervisión por parte de un panel internacional liderado por Estados Unidos.

Dos altos funcionarios israelíes señalaron que el ejército israelí planea completar su retirada del sur de Líbano en un plazo de 60 días.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó que la retirada de las tropas se realizará de manera gradual, permitiendo que civiles de ambos lados puedan regresar a sus hogares.

No obstante, los funcionarios libaneses esperaban que esta retirada ocurriera dentro del primer mes del cese de las hostilidades.

Es importante resaltar que a pesar de este acuerdo, la situación en Gaza sigue siendo crítica.

Hamas continúa reteniendo a un número significativo de rehenes y la guerra no ha mostrado señales de resolución.

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la continuidad del conflicto en Gaza, que ha dejado un alto saldo de víctimas y destrucción.

A lo largo de los últimos meses, fueron frecuentes los bombardeos y enfrentamientos en la frontera israelí-libanesa, lo que provocó un aumento en las tensiones regionales y una crisis humanitaria en Gaza.

La situación se complicó aún más por la intervención de actores externos y el flujo de recursos a ambos bandos del conflicto.

Históricamente, la relación entre Israel y Hezbollah ha estado marcada por episodios de violencia.

La guerra del Líbano de 2006 es un recordatorio de las profundas divisiones y resentimientos en la región.

El alto el fuego actual se presenta como una oportunidad para reiniciar el diálogo y abordar de manera más amplia los problemas subyacentes que han alimentado el conflicto durante décadas, aunque muchos analistas advierten que se necesitarán esfuerzos sustanciales para lograr una paz duradera.

Biden advirtió que Israel se reserva el derecho de reanudar rápidamente las operaciones en Líbano si Hezbollah incumple los términos del acuerdo, pero subrayó que el pacto fue concebido para ser una cesación permanente de las hostilidades.

Sin duda, tanto la comunidad internacional como los pueblos de la región mantendrán una mirada atenta sobre el desarrollo de esta coyuntura y sus posibles repercusiones futuras.