La reciente erupción de un volcán en la península de Reykjanes ha dejado imágenes impactantes de lava y humo, obligando a la evacuación de un famoso spa y alertando sobre la posible contaminación en la región.

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Copenhague: Un volcán en el suroeste de Islandia ha estado arrojando lava y humo de manera espectacular durante dos días consecutivos, lo que ha generado preocupaciones sobre la contaminación en la zona.

La erupción, que inició el jueves, obligó a la evacuación de un resort termal muy visitado por turistas.

Las impresionantes fuentes de roca fundida iluminaban el cielo nocturno justo al momento de la erupción inicial en la península de Reykjanes.

Sin embargo, según Rikke Pedersen, directora del Centro Nórdico de Vulcanología, el flujo de lava ha disminuido desde entonces.

“Tuvimos un inicio con intensas fuentes de lava y un alto rendimiento, pero eso rápidamente disminuyó. Sin embargo, eso no nos indica cuánto tiempo durará esta actividad”, explicó Pedersen.

La fisura eruptiva que se ha abierto en el sistema volcánico de Svartsengi se encuentra a 3 km al norte de la ciudad de Grindavik, un área que ha experimentado actividad volcánica periódica en el pasado.

El fenómeno ha suscitado no solo la atención de investigadores, sino también de turistas que intentan contemplar el espectáculo natural desde una distancia segura.

El organismo meteorológico islandés ha emitido alertas sobre la posibilidad de que los gases contaminantes generados por la erupción sean arrastrados por el viento hacia el sur y sureste, elevando las preocupaciones sobre la calidad del aire en la región.

El icónico spa Blue Lagoon, que atrae a miles de visitantes cada año por sus grandes piscinas exteriores calentadas por energía geotérmica, fue evacuado y permanece cerrado hasta nuevo aviso.


Dennis Murphy, un agente de bienes raíces de Cape Cod, Massachusetts, quien se encontraba en el lugar junto a su hija, relató su experiencia.

“Sólo queríamos disfrutar de un buen día como turistas, y de repente el suelo comenzó a estallar justo a nuestro lado”, comentó el hombre de 53 años.

Murphys describió cómo el cielo se tornaba rojo mientras eran evacuados.

Los turistas y visitantes intentaban conseguir una vista de la erupción desde la distancia, creando un ambiente de urgencia y expectativa.

“Definitivamente había un sentido de prisa mientras intentábamos salir de allí. El personal estaba empaquetando todas nuestras pertenencias y solo decía: ‘deben irse’”, recordó.

Historias como la de Murphy no son inusuales en Islandia, un país conocido por su actividad volcánica.

De hecho, la erupción del volcán Eyjafjallajökull en 2010 dejó una significativa huella en la industria de la aviación europea debido a las grandes nubes de ceniza que interrumpieron vuelos en todo el continente.

Mientras tanto, las autoridades permanecen atentas a la evolución de la erupción en Reykjanes, ya que el monitoreo constante es esencial para garantizar la seguridad de la población y los turistas en la renombrada isla nórdica.