La cultura cervecera de Irlanda se transforma: el consumo de alcohol alcanza niveles históricos bajos.

Dublín: Según el folclore irlandés, la cerveza ganó popularidad por su valor nutricional y porque resultaba más segura de consumir que el agua.

De hecho, se dice que uno de los amigos más cercanos de San Patricio fue un monje llamado Mescan, conocido por ser su cervecero personal.

Incluso se cuenta que Santa Brígida de Kildare, la patrona de Irlanda, en una ocasión convirtió el agua del baño en cerveza.

Sin embargo, la realidad de la actualidad puede hacer que quienes perpetúan el estereotipo del irlandés borracho reconsideren su postura a raíz de las últimas cifras sobre el consumo de alcohol.

Recientemente, se ha revelado que el consumo de bebidas alcohólicas en Irlanda ha alcanzado su nivel más bajo en más de 35 años y se ha reducido año tras año, mostrando que por primera vez desde 1987, la ingesta de alcohol cayó por debajo de los 10 litros por adulto anuales.

En 2023, la cifra se situó en 9.96 litros, lo que representa una caída del 1.5% respecto a 2022. Aunque las diferencias año tras año no son drásticas, la tendencia es significativa.

Anthony Foley, profesor emérito de economía en la Universidad de la Ciudad de Dublín y quien lideró esta investigación, ha encontrado que los irlandeses actualmente consumen, en promedio, un 31% menos de bebidas alcohólicas en comparación con 2001, cuando se registró el pico de 14.3 litros por persona.

Este análisis fue encargado por el Grupo de la Industria de Bebidas de Irlanda y revela que una mayor conciencia sobre la salud es el factor predominante detrás de la disminución en el consumo de alcohol, junto con leyes más estrictas contra la conducción bajo los efectos del alcohol y un cambio de actitud menos tolerante hacia la embriaguez.

Las demografías también juegan un papel importante en este cambio.

Foley comentó: “Aquellos que alcanzaron la mayoría de edad hace 30 años eran parte de lo que los taberneros llamaban 'bebedores correctos': personas que podían entrar y tomar 10 pintas”. A medida que esas personas envejecen, su consumo tiende a disminuir y las nuevas generaciones son mucho más conscientes de la salud, lo cual impacta en sus hábitos de consumo.

Además de este cambio cultural, el contexto económico y social de Irlanda ha cambiado considerablemente en las últimas décadas, influenciado por un crecimiento en el interés por el bienestar y el autocuidado.

El acceso a información sobre los efectos del alcohol y la promoción de estilos de vida saludables han llevado a muchos a reconsiderar su relación con las bebidas alcohólicas.

Por lo tanto, el bajo consumo de alcohol no solo refleja un cambio en las preferencias personales, sino también una transformación en la cultura irlandesa en su conjunto, donde el reconocimiento de los riesgos asociados al consumo excesivo de alcohol está tomando un papel clave.