Un hombre de 82 años, residente en Allentown, fue deportado a Guatemala tras una desaparición que desconcierta a su familia. La historia revela posibles irregularidades en el proceso de deportación y la tensión en el sistema migratorio estadounidense.

La familia de León, que llevaba más de un mes buscándolo desesperadamente, ha denunciado que su desaparición fue repentina y sin explicación clara por parte de las autoridades migratorias estadounidenses.
Según informó el diario estadounidense The Morning Call, el hombre de 82 años fue visto por última vez el 20 de junio pasado, cuando acudió junto a su esposa a una oficina de #inmigración en Filadelfia para gestionar la reposición de su tarjeta de residencia, que había sido extraviada.
Presuntamente, en ese momento, dos agentes de inmigración lo esposaron y se lo llevaron sin ofrecer mayores detalles. La esposa de León permaneció en la oficina y fue retenida allí por aproximadamente 10 horas, hasta que finalmente la entregaron a su nieta.
La familia, que ha buscado respuestas en múltiples ocasiones, contactó con funcionarios de inmigración, además de visitar prisiones, hospitales y morgues, sin lograr localizar su paradero.
La confusión creció cuando, el pasado viernes, un familiar recibió la noticia de que León había sido trasladado primero a un centro de detención en Minnesota y, posteriormente, deportado a Guatemala.
Aunque las autoridades no han proporcionado detalles oficiales sobre el proceso, se presume que la #deportación fue llevada a cabo en silencio.
Terminó en Guatemala
Supuestamente, no está claro cómo el adulto mayor, que residía en Allentown desde 1987 tras recibir asilo político por haber sido víctima de torturas durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, terminó en Guatemala.
León vivía allí con su familia, había tenido cuatro hijos y ahora se encuentra en una situación de vulnerabilidad, debido a su avanzada edad y problemas de salud como diabetes, hipertensión y afecciones cardíacas.
El caso de León ha generado gran inquietud en su comunidad, donde era considerado una persona respetuosa y sin antecedentes penales. La nieta de León, Nataly, expresó su profundo dolor y su intención de viajar a #Guatemala para reunirse con su abuelo y garantizar su bienestar. La joven también busca difundir su historia para visibilizar las posibles irregularidades en el proceso de deportación y el trato recibido por su familiar.
Este incidente pone en evidencia una tendencia en las políticas migratorias de Estados Unidos, especialmente bajo administraciones anteriores, donde la prioridad parecía centrarse en deportar a personas sin antecedentes penales, incluidos muchos que estaban en proceso legal o tenían derechos a la residencia.
Según datos del Centro de Acceso a Registros Transaccionales (TRAC), al 13 de julio, más del 71,5% de las personas detenidas por ICE (Agencia de Inmigración y Control de Aduanas) no tenían antecedentes penales, y muchas de ellas enfrentaban procesos por delitos menores, como infracciones de tráfico.
Supuestamente, este caso refleja las posibles fallas y abusos del sistema migratorio, que a menudo dejan en la sombra historias humanas como la de León, quienes pueden sufrir consecuencias irreparables sin un proceso transparente y justo.
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