Los vientos más suaves brindaron un alivio temporal a los bomberos que enfrentan grandes incendios en el área de Los Ángeles, aunque persisten los riesgos de reactivación.

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Los Angeles ha respirado un breve alivio en la lucha contra los incendios forestales que asolan la región gracias a unos vientos más suaves. Este cambio en las condiciones climáticas proporcionó a los valientes bomberos una oportunidad crucial para combatir dos de los incendios más grandes que están devastando el área.

Según el Servicio Nacional de Meteorología, se previó que la advertencia de clima crítico para incendios se extendiera hasta el inicio del día siguiente.

Por la tarde, los vientos estaban por debajo de los niveles peligrosos, lo que permitió a las brigadas de emergencia avanzar en su trabajo. Sin embargo, se advirtió que los vientos podrían intensificarse durante la noche, trayendo consigo ráfagas que pudieran avivar las llamas. Se mantienen las alertas de bandera roja desde California Central hasta la frontera con México, lo que denota un alto riesgo de incendios en esas áreas al menos hasta el jueves.

La devastación del incendio de Palisades se hace evidente al caer la noche en el vecindario de Pacific Palisades. Estimaciones previas indicaban que los vientos serían tan intensos como los de un huracán, pero finalmente no alcanzaron esos niveles. Sin embargo, los funcionarios señalaron que el peligro aún no ha pasado. "Mensaje clave: no hemos salido de este apuro aún", mencionó el Servicio Nacional de Meteorología en un comunicado en redes sociales. "Los vientos no fueron tan fuertes como se esperaba hoy, pero aún podrían intensificarse esta noche y mañana".


Estos vientos de Santa Ana no eran esperados con la misma fuerza que los que azotaron la semana pasada, pero tienen el potencial de arrastrar brasas encendidas a lo largo de kilómetros y provocar nuevos incendios en una región que ya ha visto la trágica pérdida de al menos 25 vidas.

A medida que los bomberos continuaron su lucha, se hacía evidente la magnitud del fuego, especialmente en el caso del incendio de Palisades, el más extenso y obstinado de todos.

El Jefe de Operaciones de CalFire, Christian Litz, dio un informe tras sobrevolar la zona en helicóptero y comentó que no observó llamas activas en el perímetro, aunque el combate aún estaba lejos de culminar.

En un escenario paralelo, casi 90,000 hogares se quedaron sin electricidad, ya que las compañías de servicios públicos decidieron cortar la energía para evitar que las líneas eléctricas provocaran nuevos incendios.

La situación ha llevado a que se declare un estado de alerta, mientras las autoridades siguen monitoreando y enfrentando esta crisis. Los incendios en California son un fenómeno que ha causado estragos en el estado durante décadas, con temporadas de incendio cada vez más destructivas debido al cambio climático y la sequía.

La comunidad sigue unida en la esperanza de que la naturaleza colabore y ayude a controlar el fuego, mientras los héroes en primera línea trabajan incansablemente para proteger vidas y propiedades.