Los gravísimos incendios en el barrio de Pacific Palisades de Los Ángeles han dejado consecuencias devastadoras, con múltiples hogares destruidos y un colapso de la infraestructura de agua en la ciudad.

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Los incendios en el barrio de Pacific Palisades de Los Ángeles han causado estragos en la comunidad, dejando un saldo trágico de al menos cinco personas fallecidas y más de 1.000 viviendas y negocios consumidos por las llamas. El daño ha sido exacerbado por la ineficiencia del sistema de hidrantes de la ciudad, que se quedó sin agua debido a la demanda voraz que los fuegos generaron.

Según reportes del Los Angeles Times, a medida que los incendios se intensificaron, muchos de los hidrantes ubicados en zonas elevadas de la ciudad agotaron su suministro, mientras que los que se encontraban en las áreas más bajas seguían operativos.

Esta situación llevó a los bomberos a enfrentar una lucha casi imposible, donde muchos observaban impotentes cómo las llamas devoraban casas sin poder extinguir el fuego por falta de agua.

Rick Caruso, excomisionado del Departamento de Agua y Electricidad de Los Ángeles, expresó su preocupación: “Los bomberos están allí [en el vecindario], y no hay nada que puedan hacer.” Esta crisis se agravó ya que los equipos de la ciudad no pudieron acceder a las estaciones de bombas, que son vitales para trasladar agua a las partes altas donde se encontraban algunos de los principales tanques de abastecimiento.

Antes del desastre, los 114 tanques que suministran agua a Los Ángeles estaban completamente llenos, pero la solicitud desmedida a dicho sistema superó todas las expectativas.

Janisse Quinones, directora ejecutiva y principal ingeniera del Departamento de Agua y Electricidad de Los Ángeles, reveló detalles alarmantes sobre la situación.


Los hidrantes de la comunidad de Palisades dependían de tres grandes tanques de agua con una capacidad de aproximadamente 3,8 millones de litros cada uno.

Conforme se esparcían las llamas, el primer tanque se secó a las 16:45 del martes, el segundo a las 20:30 y el tercero a las 3:00 del miércoles (hora local).

“Experimentamos una demanda tremendous en nuestro sistema en Palisades. Nuestro sistema fue llevado al límite,” declaró Quinones al Los Angeles Times. “Se observó hasta cuatro veces la demanda normal durante 15 horas consecutivas, lo que redujo significativamente nuestra presión de agua.”

Este colapso en la infraestructura no es un fenómeno nuevo en California. Históricamente, el estado ha enfrentado desafíos en su sistema de gestión de agua, especialmente durante la temporada de incendios forestales. Las sequías prolongadas, la reducción de recursos hídricos y el crecimiento urbano desmedido han puesto presión sobre las ya frágiles estructuras que abastecen a la población.

La situación en Pacific Palisades es un duro recordatorio de la fragilidad de la infraestructura de servicios públicos en momentos de crisis y resalta la urgente necesidad de mejorar la resiliencia de estas redes frente a eventos climáticos extremos.