Una casa destaca entre los escombros en Pacific Palisades, evidenciando la importancia de las decisiones arquitectónicas en la resistencia al fuego.
En medio de la devastación de los incendios que arrasaron Pacific Palisades, un hogar ha logrado permanecer en pie, atrayendo la atención de transeúntes y usuarios de internet.
El arquitecto Greg Chasen compartió la imagen de esta "mini maravilla" en su cuenta de X la semana pasada. Al respecto, comentó: "Algunas de las decisiones de diseño que tomamos aquí fueron clave, pero también tuvimos una buena dosis de suerte".
La casa, construida en California, fue elaborada con un diseño que le permitió resistir las llamas. En un país donde más del 90% de las nuevas viviendas unifamiliares se levantan con estructuras de madera, surge la pregunta sobre la adecuación de estos diseños frente a los incendios forestales recientes.
Sin embargo, no es solo un fenómeno estadounidense; en Australia, aproximadamente el 80% de las casas unifamiliares también utilizan marcos de madera.
La popularidad de la madera en California, una zona propensa a sismos, radica en su flexibilidad. La mayoría de las viviendas en Los Ángeles tienen estructuras de madera y están revestidas con estuco, un material resistente al fuego compuesto de cemento y arena, que se ha vuelto común en la construcción de este país.
En su memorias, el escritor D. J. Waldie describe el estuco como "el mármol de Carrara de los suburbios", resaltando su accesibilidad y su capacidad para resistir terremotos, lo que contribuye a la leyenda de Los Ángeles como un "lugar insustancial".
La combinación de madera y estuco, lejos de ser negativa, puede resultar efectiva si se aplica correctamente. La casa sobreviviente en Palisades fue levantada sobre una base de concreto y sus muros estaban diseñados con clasificación de resistencia al fuego.
Chasen afirmó que los acabados eran de cemento, estuco o madera de baja propagación de llama. Además, la vivienda contaba con separación de sus vecinos, un muro perimetral de concreto, y carecía de tragaluces o aleros, lo que se considera estándar en Los Ángeles.
El hogar estaba equipado con ventanas de vidrio templado, lo que proporcionó protección adicional contra un vehículo incendiado en la casa contigua.
Los ocupantes, además, hicieron una preparación meticulosa antes de evacuar, lo que contribuyó a su supervivencia.
En un contexto donde los incendios se han vuelto cada vez más devastadores, es crucial la reflexión sobre cómo se construyen nuestras viviendas. En muchas ocasiones, las decisiones arquitectónicas pueden marcar la diferencia entre la destrucción total y la resiliencia, como demuestra este caso en Pacific Palisades.
A medida que el cambio climático continúa afectando a las zonas costeras de California y otras regiones, la industria de la construcción enfrenta el reto de adaptar sus prácticas para asegurar hogares más seguros.
Finalmente, este ejemplo nos invita a no solamente reconstruir, sino a repensar cómo, qué y dónde construimos, asegurándonos de que nuestras decisiones arquitectónicas tengan en cuenta no solo la estética, sino también la resistencia frente a eventos naturales adversos.