El gobierno de Australia expresa su preocupación por la represión en Hong Kong y pide a los jueces australianos que evalúen su situación en el Tribunal de Última Instancia.

Hong Kong se encuentra nuevamente bajo el foco de atención internacional después de que 45 activistas pro-democracia, incluyendo al australiano Gordon Ng, fueran condenados a prisión bajo la controvertida ley de seguridad nacional impuesta por Pekín.

Este acontecimiento ha reavivado el debate sobre el papel de los jueces extranjeros en el sistema judicial de la región.

En este contexto, la ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Penny Wong, ha emitido en sus primeras declaraciones públicas sobre el asunto un llamamiento a los cuatro jueces australianos que forman parte del Tribunal de Última Instancia de Hong Kong.

Wong ha instado a estos juristas a tener en cuenta las preocupaciones del gobierno australiano sobre la creciente represión política por parte de las autoridades de Hong Kong al decidir si continúan sirviendo en dicho tribunal.

"Australia ha expresado nuestras firmes objeciones a las autoridades de Hong Kong por la aplicación continua y amplia de la legislación de seguridad nacional para arrestar y presionar a figuras pro-democracia, grupos de oposición, medios de comunicación, sindicatos y la sociedad civil, incluyendo a Gordon Ng y Jimmy Lai", afirmó un portavoz de Wong en un comunicado.

Cabe destacar que aunque el gobierno australiano ha expresado su preocupación, el comunicado deja claro que la decisión de continuar en el cargo es únicamente de los jueces.

De hecho, se les recuerda que sirven en el tribunal en su capacidad privada.

A pesar de que no se les solicita formalmente que renuncien, se sugiere que consideren su participación continua en el marco del debate político que rodea la judicialización de la política en Hong Kong.

Esta intervención del gobierno federal marca un hito en una controversia que se ha vuelto altamente politizada.

Desde la implementación de la ley de seguridad nacional en 2020, la cantidad de jueces extranjeros en el Tribunal de Última Instancia ha disminuido significativamente, pasando de 15 a solo seis.

Los restantes, que son todos australianos, han enfrentado un creciente escrutinio sobre las razones de su decisión de continuar en el tribunal.

Los jueces australianos que permanecen en el tribunal incluyen al ex presidente de la Corte Suprema de Australia, Robert French, sus antiguos colegas Patrick Keane y William Gummow, así como al ex presidente de la Corte Federal, James Allsop, quien se unió al tribunal en mayo.

Se considera que son algunos de los juristas más destacados que han servido en el sistema legal australiano.

La situación en Hong Kong ha suscitado preocupación a nivel global, recordando la importancia de la defensa de los derechos humanos y la democracia.

Las decisiones de estos jueces en el Tribunal de Última Instancia no solo afectarán a Hong Kong, sino que también pueden tener implicaciones significativas sobre la percepción internacional de la justicia y el estado de derecho en la región.