Un ataque de cohetes en los Altos del Golán provoca protestas en medio del duelo por las víctimas, mientras Hezbollah niega su implicación.

El clima de tensión en los Altos del Golán se intensificó tras un ataque con cohetes que resultó en la muerte de 12 niños y decenas de heridos.

El incidente ocurrió el sábado por la tarde en un campo de fútbol en esta región ocupada por Israel, convirtiéndose en uno de los episodios más trágicos desde el estallido de las hostilidades entre Israel y los grupos respaldados por Irán, incluyendo a Hamas y Hezbollah, iniciado en octubre de este año.

Este ataque ha sido condenado a nivel internacional, ya que es el más mortífero contra civiles israelíes desde que comenzaron los enfrentamientos.

El ataque dejó un profundo dolor en la localidad de Majdal Shams, donde miles de dolientes se congregaron para rendir homenaje a las víctimas durante los funerales.

Sin embargo, lo que debería haber sido un momento de luto se transformó en una manifestación de descontento hacia el gobierno israelí. Los ministros que llegaron para asistir a la ceremonia fueron recibidos con gritos y abucheos por parte de la multitud, que exigía su ausencia, argumentando que solo buscaban aprovecharse políticamente de la tragedia.

Entre los funcionarios que fueron abucheados se encontraban Nir Barkat, el ministro de Vivienda, Idit Silman, ministra de Protección del Medio Ambiente, y Bezalel Smotrich, el controvertido ministro de Finanzas de derecha.

Smotrich, conocido por su postura beligerante hacia Líbano, recibió insultos y se escucharon gritos de "¡fuera de aquí!" en su dirección.

La comunidad de Majdal Shams expresó su frustración ante lo que consideran un abandono por parte de sus líderes, quienes no han intervenido efectivamente en la crisis que atraviesan.

Previamente al ataque, Hezbollah había declarado que lanzó cohetes dirigidos a instalaciones militares israelíes, pero posteriormente desmintió cualquier relación con el ataque en el que perdieron la vida los niños, afirmando que no tenía nada que ver con el suceso y rechazando las acusaciones como totalmente falsas.

Este trágico suceso se da en un contexto de creciente tensión y violencia en la región, donde Hezbollah e Israel han intercambiado ataques casi diariamente desde el inicio del conflicto.

La situación recuerda el conflicto de 2006, cuando Hezbollah e Israel se enfrentaron en una guerra que dejó miles de muertos y numerosos desplazados.

Las autoridades israelíes, junto con Estados Unidos, han señalado a Hezbollah como responsable de la escalada de la violencia, pero el grupo ha insistido en que no está implicado en este ataque en particular.

La comunidad internacional observa con preocupación esta situación, temiendo que la violencia continúe escalando y afecte la estabilidad de toda la región.