La princesa alemana Gloria von Thurn und Taxis, conocida por su inusual trayectoria que la llevó de ser un ícono punk de los años 80 a una figura conservadora católica, reveló recientemente que recibió en su castillo al juez de la Corte Suprema de Estados Unidos, Samuel Alito, durante un festival musical celebrado en julio de 2023. Esta situación ha vuelto a encender el debate y la crítica hacia los jueces de la Corte Suprema, quienes han sido objeto de un mayor escrutinio por no divulgar regalos y viajes de grandes donantes.

En una conversación con el diario The New York Times, la princesa de 64 años describió a Alito como un "héroe". En un intercambio de mensajes, expresó: "Él es pro-vida en un momento en el que la mayoría sigue a la cultura de la muerte". Para enfatizar su punto de vista, utilizó un emoji de calavera y agregó: "Los cristianos creen en la vida.

El zeitgeist es nihilista y cree en la destrucción". Esta postura refleja las creencias que han caracterizado a la princesa a lo largo de su vida, la cual ha estado marcada por relaciones con figuras de la extrema derecha.

Después de las festividades en su castillo, la princesa, Alito y su esposa, Martha-Ann, asistieron a la inauguración del Festival de Bayreuth, que es el principal evento para la presentación de las óperas de Richard Wagner.

Este festival es emblemático en la cultura alemana y atrae a visitantes y artistas de todo el mundo, lo que subraya el círculo de influencias en el que se mueve la princesa.

La revelación de este encuentro ha surgido en un momento donde la falta de transparencia de los jueces de la Corte Suprema se encuentra en el centro de la atención pública.

Alito recientemente incluyó en su informe financiero anual un regalo de $US900 (aproximadamente 844 euros) correspondiente a entradas para un concierto.

Este informe ha dado pie a una nueva ronda de críticas hacia la Corte, que ha visto un aumento en las controversias que rodean a algunos de sus miembros.

Cabe mencionar que el juez Clarence Thomas fue especialmente criticado por no reportar regalos lujosos y viajes de benefactores influyentes.

El escándalo se intensificó cuando un informe de ProPublica destacó que Alito no había revelado un viaje en avión privado facilitado por un millonario conservador, el cual había tenido una serie de casos ante la Corte.

Estas situaciones plantean interrogantes sobre la ética y la integridad de los jueces, quienes deben mantener un alto nivel de confianza y transparencia con el público.

La conexión de Alito con la princesa, junto con la falta de divulgaciones, podría hacer que el papel de la Corte Suprema sea aún más cuestionado en los próximos meses.

Así, la figura de Gloria von Thurn und Taxis se inserta en un debate que va más allá de lo personal, tocando temas cruciales de ética judicial y responsabilidad pública en la política estadounidense.