La tensión en Oriente Medio se intensifica tras la tragedia ocurrida en un hospital de Gaza. La explosión ha dejado numerosas víctimas y ha generado acusaciones cruzadas entre las partes involucradas. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha expresado su preocupación y busca una solución para proteger a los civiles en medio del inminente conflicto.
En un hospital abarrotado de Gaza, se ha desatado una batalla de acusaciones tras una explosión mortal que ha dejado víctimas entre los pacientes, el personal y los civiles.
Esta tragedia ha llevado a Oriente Medio al borde de una guerra total y ha socavado los esfuerzos del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por mediar un acuerdo que proteja a los civiles de las repercusiones de la inminente invasión de Gaza por parte de Israel.
Según Hamas, el Ejército de Defensa de Israel habría atacado el hospital mediante un bombardeo aéreo.
Por su parte, Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, afirmó que la explosión fue causada por un lanzamiento fallido de cohetes por parte de la Yihad Islámica Palestina, un grupo militante basado en Gaza que recibe financiamiento y apoyo de Irán.
En sus primeras declaraciones durante una importante misión diplomática en Israel, Biden le dijo a su homólogo israelí que no cree que Israel sea responsable de la explosión.
Sin embargo, reconoció que hay dudas y obstáculos que deben ser superados para alcanzar una solución pacífica.
Los videos del incidente muestran el edificio en llamas y los terrenos del hospital llenos de cuerpos destrozados, muchos de ellos niños que estaban siendo tratados por heridas o buscando refugio tras días de ataques aéreos en Gaza.
Las ambulancias y los autos privados se apresuraron a trasladar a unas 350 víctimas de la explosión al principal hospital de Gaza, Al Shifa, que ya estaba abrumado por los heridos de otros ataques.
Los heridos fueron colocados en el suelo ensangrentado, gritando de dolor.