En un reciente encuentro en Nueva Delhi, un funcionario de la Unión Europea expresó la preocupación por el futuro del G20, afirmando que podría ser reemplazado por otros bloques como BRICS y G7. El funcionario advirtió que si no se lograra un acuerdo en el G20, los periódicos titularían que el grupo está acabado y tendrían razón.

Después de 15 años de existencia, lo mejor que los líderes de las 20 economías más grandes del mundo han logrado es producir una declaración para mantener viva su reunión anual.

Esto demuestra la grave situación a la que ha llegado el G20.

El G20 ha tenido un recorrido exitoso.

La primera reunión de líderes en Washington en 2008 impulsó reformas dramáticas en el sistema financiero mundial en medio de una crisis global.

Desde entonces, ha avanzado en las negociaciones sobre el cambio climático, la evasión fiscal y el terrorismo.

Estos 20 países representan más del 85 por ciento del producto interno bruto global.

Sin embargo, el grupo se ha fragmentado tanto que es imposible llegar a un acuerdo que sea relevante.

Rusia y China se alinean en un lado, mientras que India, Brasil e Indonesia se encuentran en el medio.

Por otro lado, Estados Unidos, Europa y Australia se ubican en una posición diferente.

Esta división hace que sea imposible llegar a un consenso en el G20.

Ante esta situación, el funcionario europeo sugirió que el futuro del G20 está en peligro y que bloques como BRICS y G7 podrían asumir su lugar.

Estos bloques liderados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y por los siete países más ricos del mundo respectivamente, podrían convertirse en los nuevos actores en la arena económica y política global.

Es imprescindible que los líderes del G20 encuentren una manera de mantener viva la organización y su importancia en el escenario internacional.