La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos emitió una advertencia sobre los graves efectos secundarios de un medicamento comúnmente recetado para el asma y las alergias. El medicamento, conocido como Singulair o montelukast, puede causar agresividad, agitación e incluso pensamientos suicidas. A pesar de la advertencia, el medicamento sigue siendo utilizado por millones de personas en el país.

En Estados Unidos, la FDA emitió recientemente una advertencia sobre los efectos secundarios peligrosos de un medicamento ampliamente recetado para el asma y las alergias.

Singulair, también conocido como montelukast, ha sido vinculado a casos de agresividad, agitación e incluso pensamientos suicidas.

Aunque la advertencia estaba dirigida principalmente a los médicos, no ha tenido un impacto significativo en la utilización del medicamento, que todavía se prescribe a 12 millones de personas en el país.

Los niños son los que corren mayor riesgo de sufrir los efectos secundarios del medicamento, y aunque el uso en menores ha disminuido, todavía lo toman 1,6 millones de ellos.

Este es el caso del hijo de Nicole Sims, quien comenzó a experimentar pesadillas y alucinaciones a los 6 años.

Fue solo cuando Sims buscó información en línea desesperada por respuestas que descubrió la advertencia de la FDA y encontró un grupo de apoyo en Facebook con 20.000 miembros que también habían experimentado efectos secundarios del medicamento.

El manejo de Singulair por parte de la FDA pone en evidencia las deficiencias del sistema de monitoreo de medicamentos y la falta de educación médica sobre los efectos secundarios.

Aunque los reguladores federales habían recibido informes sobre los problemas psiquiátricos que causaba el medicamento desde 1998, no fue hasta dos décadas después que revisaron su evaluación y emitieron la advertencia.

Además, la FDA descubrió que Merck, el fabricante de Singulair, había recibido miles de informes de efectos secundarios, muchos más de los que la propia agencia conoce.

Desafortunadamente, a pesar de los numerosos informes de efectos secundarios graves, la FDA no obligó a Merck a realizar estudios más rigurosos y costosos para determinar la frecuencia de las reacciones negativas.

Esto revela una falta de responsabilidad en la regulación de medicamentos y pone en peligro la salud y seguridad de los pacientes.

Es necesario que la agencia tome medidas más efectivas para advertir y educar a médicos y pacientes sobre los riesgos asociados con los medicamentos aprobados hace mucho tiempo.