Las fuerzas de invasión rusas retienen la central nuclear de Zaporizhzhia, la mayor de Europa, como una ficha clave en su avance en Ucrania. Este lugar estratégico, que empleaba a 12,000 trabajadores y suministraba una quinta parte de la electricidad del país antes de la guerra, es actualmente fuente de tensiones persistentes.
Situada en el epicentro de un escenario bélico, la planta nuclear de Zaporizhzhia, la mayor de toda Europa, ha sido objeto de control por parte de las agresivas fuerzas invasoras rusas desde marzo del año pasado.
El Kremlin ve en este sitio una codiciada presa que no está dispuesto a abandonar.
Una imagen de vigilancia satelital muestra la planta nuclear de Zaporizhzhia en Enerhodar, Zaporizhzhia, Ucrania.
Créditos: Reuters.
Las tensiones en torno al sitio nuclear ubicado en el sureste de Ucrania no cesan.
Hasta antes del conflicto armado, la planta empleaba a 12,000 personas y proporcionaba el 20% de la electricidad del país.
En agosto de 2022, después de una lucha encarnizada durante la cual se disparó en repetidas ocasiones contra la planta, las fuerzas ocupantes rusas se hicieron con su control, escalando su posición entre las 10 mayores instalaciones nucleares del planeta.
Actualmente, la planta sigue operativa bajo la dirección de la agencia de energía atómica estatal rusa, Rosatom, con la ayuda de técnicos ucranianos que trabajan bajo coacción.
No obstante, ninguno de los seis reactores está generando electricidad en estos momentos.
Imágenes por satélite revelan que el equipo militar ruso está estacionado en los alrededores de la planta.
El gobierno de Ucrania lleva meses citando informes de inteligencia que apuntan a que Rusia planea provocar intencionadamente una fuga de radiación.
Recientemente, el Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha afirmado insistentemente que existen informes que indican que las tropas rusas han colocado 'objetos que se asemejan a explosivos en el tejado de varias unidades de energía' de la planta.
Por su parte, Rusia ha lanzado sus propias acusaciones, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha alegado que Ucrania está planificando un ataque para sabotear la planta.
Hasta el momento, ninguna de las dos partes ha presentado pruebas que respalden sus alegaciones.