La tensión entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se hace oficial, al igual que la creciente aislamiento de Israel en el escenario internacional.
La relación entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha sufrido un nuevo revés, con la decisión de Estados Unidos de abstenerse en la última votación en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Esta decisión simboliza un momento de gran importancia, permitiendo que el principal foro de paz y seguridad de la ONU apruebe su primera resolución de cese al fuego desde que comenzó la guerra entre Israel y el grupo militante Hamas en octubre.
Históricamente, Estados Unidos ha sido el último defensor de Israel en el Consejo de Seguridad, utilizando su poder de veto como miembro permanente para bloquear resoluciones que implícita o explícitamente critican a Israel.
Sin embargo, desde el inicio de la guerra, Estados Unidos ha vetado tres resoluciones de cese al fuego, argumentando que socavaban el derecho de Israel a la autodefensa y corrían el riesgo de fortalecer a Hamas después de sus brutales ataques a Israel el 7 de octubre.
Ahora, Estados Unidos ha ejercido su veto, formalizando una ruptura entre Biden y Netanyahu que ha sido evidente durante meses.
En diciembre, Biden advirtió a Israel que estaba perdiendo apoyo internacional debido a sus bombardeos indiscriminados en Gaza; en febrero describió la campaña militar de Israel como excesiva.
Incluso el probable opositor de Biden en las próximas elecciones presidenciales y férreo defensor de Israel, Donald Trump, está cansado del conflicto.
"Deben terminar su guerra.
Tienen que hacerlo.
Tienen que resolverlo", dijo Trump al periódico Israel Hayom en una entrevista publicada el martes.
Agregó que "Israel debe tener mucho cuidado porque está perdiendo mucho del mundo, está perdiendo mucho apoyo".