La policía está llevando a cabo una investigación sobre la muerte de un hombre judío que falleció después de caer hacia atrás y golpear su cabeza durante una confrontación entre manifestantes pro-Israel y pro-palestinos en California el pasado domingo.

La autopsia reveló que el hombre de 69 años, Paul Kessler, murió por traumatismo craneoencefálico un día después de la caída en la protesta.

Ahora su muerte está siendo tratada como un homicidio.

Las autoridades locales no han descartado la posibilidad de que se trate de un crimen motivado por el odio y han aumentado la seguridad en las sinagogas, mezquitas y otros lugares de culto.

Se ha identificado a un sospechoso de 50 años, pero aún no ha sido arrestado.

"Entendemos que la guerra en Israel y Gaza ha provocado un aumento en la retórica odiosa y amenazante y queremos asegurar a las comunidades musulmanas y judías que estamos con ellos en este difícil momento", dijo el sheriff local Jim Fryhoff.

A medida que la noticia del incidente se extendió por una comunidad ya alterada, surgieron informes contradictorios sobre lo que pudo haber sucedido.

Las imágenes tomadas en el lugar y compartidas en las redes sociales muestran a Kessler tendido boca arriba en el camino, con sangre de su cabeza en el suelo, pero no muestran la altercación que llevó a sus lesiones.

"La información que estamos recibiendo es contradictoria entre sí", dijo Fryhoff.

"Hubo claramente una interacción entre los dos.

Pero qué nivel de interacción es aún incierto".

Hussam Ayloush, director ejecutivo de la oficina del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses en Los Ángeles, dijo que su grupo se unió a líderes judíos locales para instar a las personas a "abstenerse de sacar conclusiones precipitadas, sensacionalizar esta tragedia para obtener ganancias políticas o difundir rumores que podrían escalar tensiones innecesariamente que ya están en su punto más alto".

"Estamos profundamente entristecidos por esta trágica y impactante pérdida", dijo.