Kimberly Cheatle, la directora del Servicio Secreto de EE. UU., renuncia tras la controversia por el intento de asesinato del expresidente Trump durante un mitin electoral.

La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, ha presentado su dimisión en medio de una ola de críticas bipartidistas tras el intento de asesinato del expresidente Donald Trump, ocurrido el pasado 13 de julio.

A tan solo diez días de este violento acontecimiento, Cheatle decidió dejar su puesto debido a la incapacidad de su agencia para proteger adecuadamente a Trump durante un mitin en Butler, Pennsylvania, donde un joven de 20 años abrió fuego.

El presidente de EE. UU., Joe Biden, rindió homenaje a Cheatle, quien tenía una carrera de 30 años en el Servicio Secreto, incluyendo un período en el que brindó seguridad a la familia Biden cuando él fue vicepresidente durante el mandato de Barack Obama.

En su declaración, Biden manifestó: "La revisión independiente para esclarecer lo sucedido el 13 de julio sigue adelante y espero poder evaluar sus conclusiones en cuanto estén disponibles.”

La renuncia de Cheatle se produce tras una dura audiencia en el Congreso realizada el lunes, donde recibió críticas tanto de demócratas como de republicanos.

Durante esta sesión, Cheatle fue incapaz de esclarecer lo sucedido durante el ataque, lo cual generó aún más indignación por parte de ambas facciones políticas.

Durante su testimonio, la directora admitió que el Servicio Secreto recibió entre dos y cinco avisos sobre la presencia de una persona sospechosa antes del tiroteo, y que el techo desde el que el atacante, Thomas Matthew Crooks, efectúo los disparos había sido señalado previamente como una vulnerabilidad.

Sin embargo, Cheatle no respondió de manera satisfactoria a muchas otras preguntas que se le formularon, lo que llevó a un consenso entre los legisladores para exigir su renuncia.

La seguridad de los expresidentes es un tema de suma importancia en Estados Unidos, y el fallo del Servicio Secreto plantea serias inquietudes sobre como se gestionan las amenazas en el actual entorno político.

Históricamente, el Servicio Secreto ha sido responsable no solo de la protección de presidentes, sino también de la prevención y la gestión de amenazas a la democracia, dado el peso que tiene en la seguridad nacional.

Con la dimisión de Cheatle, se abre la puerta para el nombramiento de un nuevo director que hopefully tome medidas correctivas y restablezca la confianza en la capacidad del Servicio Secreto para proteger a figuras públicas de alto perfil.

Sin embargo, este incidente será un recordatorio de los desafíos que enfrenta la seguridad en eventos políticos, así como del clima de tensión que reina en la política estadounidense actual.