En las elecciones estatales de Baviera y Hesse, los votantes alemanes han dado una victoria a los conservadores de extrema derecha, castigando a los tres partidos que gobiernan el país.

En Europa, específicamente en Alemania, los votantes han entregado una victoria a los conservadores de extrema derecha en una elección estatal en Baviera y en el estado central más pequeño de Hesse, mientras castigan a los tres partidos que gobiernan el país.

Aunque los tres partidos gobernantes perdieron votos, simbólicamente al menos, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD por sus siglas en inglés) y otro partido populista fueron los claros ganadores de la noche, obteniendo resultados récord en ambos estados en comparación con otros estados del oeste.

Los resultados fueron considerados un informe de evaluación importante para el gobierno nacional de la coalición de la socialdemocracia encabezada por el canciller Olaf Scholz, quien recibió calificaciones difíciles.

También se consideraron como un indicador de las tendencias políticas más amplias que se están gestando en el país, especialmente la fractura del panorama político a medida que los partidos populistas y de extrema derecha ganan terreno.

En Baviera, la Unión Social Cristiana, que ha gobernado la región del sur durante casi siete décadas, recibió su nivel más bajo de apoyo en más de 50 años, obteniendo menos del 37 por ciento de los votos, según los resultados preliminares.

Esto permitirá que el gobernador en funciones Markus Söder cumpla otro mandato, pero solo en coalición con los Votantes Libres, que obtuvieron más del 15 por ciento, a pesar de un escándalo de antisemitismo de último minuto que involucra al líder del partido, Hubert Aiwanger.

En Hesse, que incluye a Frankfurt pero cuenta con menos de la mitad de los votantes de Baviera, el gobernador en funciones del conservador Partido Demócrata Cristiano, o CDU, obtuvo una victoria decisiva después de una campaña ineficaz del ministro federal del interior, quien se postuló para los Socialdemócratas y quedó en tercer lugar, detrás del AfD de extrema derecha.

Sin embargo, fue la votación en Baviera la que fue observada con mayor atención, y el resultado se tomó como una evidencia adicional de la erosión de los partidos políticos tradicionales de Alemania, tanto de izquierda como de derecha.

Es un fenómeno que se ha presenciado en toda Europa, en España, Italia, Francia y en países escandinavos.

Hace menos de una generación, la Unión Social Cristiana (CSU por sus siglas en inglés) podía depender del apoyo de grandes masas de votantes alemanes, lo que le valió el nombre de Volkspartei, o partido del pueblo.

Eso ya no es el caso.