Decisiones de los dueños de importantes medios han generado revueltas entre periodistas de EE.UU., que protestan por el bloqueo de respaldos a Kamala Harris.

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En Phoenix, Arizona, se ha desatado una revuelta entre los periodistas de dos de los principales periódicos de EE.UU. debido a la intervención de sus propietarios multimillonarios.

Estos empresarios han decidido bloquear los respaldos a la actual vicepresidenta, Kamala Harris, en un momento crucial para las elecciones presidenciales del país, que se avecinan como un evento muy disputado.

El Washington Post, reconocido como uno de los medios más respetados a nivel nacional y ganador del Premio Pulitzer en 2022 por su cobertura de los disturbios del Capitolio del 6 de enero, ha sorprendido al mundo al anunciar que no realizará ninguna recomendación electoral en esta o futuras elecciones presidenciales.

Este cambio radical en la política de respaldos de un periódico que históricamente ha influido en el curso político de EE.UU. se atribuye a Jeff Bezos, fundador de Amazon, quien es el actual propietario del diario.

En un contexto de creciente tensión entre medios de comunicación y figuras políticas, la situación se agudiza aún más tras un evento reciente en el cual el magnate biotecnológico Patrick Soon-Shiong impidió que el Los Angeles Times apoyara al candidato demócrata.

Este veto provocó la renuncia del director editorial del mencionado periódico, lo que sumó al descontento en el ambiente periodístico.

Por su parte, Robert Kagan, editor en funciones del Washington Post, también decidió dimitir el mismo día en que la noticia se hizo pública, reflejando el sentido de indignación que permea entre los profesionales de la información.

William Lewis, editor y director ejecutivo del Post, declaró que el periódico estaba "regresando a sus raíces" al optar por no respaldar a ninguno de los candidatos.


Su argumento se basa en la tradición del medio de no hacer respaldos electorales hasta 1976, cuando apoyó a Jimmy Carter tras el escándalo de Watergate.

Es importante recordar que el clima de desconfianza hacia los medios ha ido en aumento, especialmente en la administración de Donald Trump, quien ha llamado a los medios "el enemigo del pueblo" en diferentes ocasiones, e incluso se refería al Washington Post como el "Amazon Washington Post". Esta estrategia de deslegitimación de la prensa ha llevado a una atmósfera de animosidad que ha afectado no solo las relaciones entre políticos y medios, sino también la confianza pública en la información.

La decisión del Washington Post será interpretada de diversas maneras por la opinión pública, desde un respaldo tácito a un candidato hasta una condena a otro.

Este dilema ético que enfrentan los medios en el panorama electoral actual subraya la creciente polarización y la crucial batalla por la narrativa que se juega no solo en las urnas, sino también en las páginas de los diarios.

En este contexto, los periodistas de ambos periódicos están buscando maneras de expresar su descontento y defender la independencia editorial frente a decisiones que consideran contrarias a los principios del periodismo.

La evolución de esta situación podría tener repercusiones significativas en el futuro inmediato de la política y la prensa en Estados Unidos.