En un gran ejercicio militar en la costa noroeste de Filipinas, las fuerzas australianas y filipinas, respaldadas por marines estadounidenses, practicaron la retoma de una isla tomada por fuerzas hostiles.

Los ejercicios incluyeron desembarcos simulados en la playa, asaltos anfibios y descensos en helicóptero de personal en una base naval en San Antonio, en la provincia de Zambales, y participaron 1200 australianos, 560 filipinos y 120 marines estadounidenses.

Este ejercicio siguió a maniobras realizadas el lunes, cuando las fuerzas de los tres países llevaron a cabo asaltos aéreos en la provincia de Palawan, que también enfrenta las aguas en disputa.

Estos países se encuentran entre los críticos más vocales de las acciones cada vez más agresivas y confrontacionales de China en las aguas en disputa.

Sin embargo, el ejército filipino afirmó que Pekín no era el objetivo previsto de los ejercicios de combate, que son los más grandes hasta la fecha entre Australia y Filipinas.

El presidente Ferdinand Marcos Jr.

declaró tras presenciar los ejercicios el viernes, junto con el secretario de Defensa filipino Gilberto Teodoro Jr.

y el ministro de Defensa australiano visitante Richard Marles: “Es un aspecto importante de cómo nos preparamos para cualquier eventualidad y considerando que ha habido tantos eventos que atestiguan la volatilidad de la región”.

Marles, en una conferencia de prensa separada con su homólogo filipino, dijo que los ejercicios tenían como objetivo promover el estado de derecho y la paz en la región.

“El mensaje que queremos transmitir a la región y al mundo con este tipo de ejercicio es que somos dos países comprometidos con el orden mundial basado en reglas”, dijo Marles.

“Estamos comprometidos con la idea de un mundo en el que las disputas se resuelven en base al derecho internacional”.