A pesar de la victoria de Trump, muchos estadounidenses muestran opiniones mixtas sobre sus políticas propuestas, especialmente en economía e inmigración.
Washington: Donald Trump y su entorno han proclamado que su próxima administración posee un mandato "sin precedentes" y "histórico". Aunque ganó el voto popular por un margen estrecho, se observa que los votantes cambiaron su apoyo en distintas partes del país, permitiéndole regresar a la Casa Blanca.
Sin embargo, ¿esto se traduce en un respaldo abrumador a sus propuestas políticas?
En términos generales, las encuestas indican que la mayoría de los estadounidenses anhelan cambios en muchas de las áreas donde Trump ha prometido reformas significativas, como la economía y la inmigración.
Sin embargo, cuando se les pregunta sobre políticas específicas y el impacto que tendrían en su vida cotidiana, muchos estadounidenses, incluidos aquellos que votaron por Trump, no siempre muestran un apoyo claro y a menudo tienen opiniones mixtas.
El director de la Encuesta UMass, Tatishe Nteta, señala: "Si analizan todas estas políticas, encuentran altos niveles de oposición, lo que refleja que, para muchos estadounidenses, no estaban votando a favor de políticas concretas".
Esto no implica que las encuestas sugieran que todos los planes de Trump son impopulares, pero tampoco gozan de un respaldo universal.
Más bien, los sondeos revelan que muchos estadounidenses tienen puntos de vista matizados sobre algunos de los temas que Trump planea abordar o no están seguros de cómo se sienten al respecto.
El tema económico y los aranceles son áreas donde los votantes han mostrado consistencia en señalar que es su principal preocupación en las encuestas de este año.
Más votantes expresaron confianza en que Trump cumpliera sus promesas sobre economía en comparación con la vicepresidenta Kamala Harris.
Asimismo, los estadounidenses tienden a respaldar uno de los planes económicos más emblemáticos de Trump: la imposición de aranceles elevados a los productos importados.
En una encuesta de septiembre realizada por el New York Times y el Siena College, se halló que poco más de la mitad de los votantes en tres estados del Medio Oeste apoyaba la expansión de los aranceles sobre productos fabricados fuera del país.
Posteriormente, en una encuesta de CBS News/YouGov a finales de noviembre, el 52 por ciento de los estadounidenses manifestó su respaldo a nuevos aranceles.
Una abrumadora mayoría de los votantes de Trump, un 83 por ciento, estaba de acuerdo con esta medida.
Sin embargo, en la misma encuesta de CBS/YouGov, el 59 por ciento de los encuestados expresó su creencia de que los aranceles incrementarían los precios de los productos que compran, un riesgo que expertos críticos han resaltado sobre los planes propuestos.
Entre aquellos que votaron por Trump, un tercio opinó que los aranceles elevarían los precios, pero decidieron respaldar las medidas de todas formas.
Históricamente, la política de aranceles ha sido una herramienta utilizada por diversos presidentes para proteger la industria nacional, pero también ha generado críticas por sus potenciales efectos adversos sobre la economía y los consumidores.
La administración de Trump, en este sentido, se encuentra en un terreno complicado donde el deseo de implementar cambios puede verse contrarrestado por la necesidad de considerar el impacto en la vida diaria de los ciudadanos.