El expresidente Donald Trump ha anunciado su intención de utilizar el ejército para deportar a millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, lo que genera una nueva controversia en la política migratoria.
Washington: El expresidente Donald Trump ha confirmado que utilizará el ejército para deportar a millones de inmigrantes que residen sin permiso en los Estados Unidos, lo que podría desencadenar un enfrentamiento con los gobernadores estatales y grupos de defensa de los derechos civiles.
En una publicación a través de las redes sociales, Trump respondió a un mensaje del grupo conservador Judicial Watch, donde se mencionaban informes sobre su posible declaración de una emergencia nacional para utilizar "activos militares" con el fin de llevar a cabo su promesa de campaña de implementar el programa de deportación masivo más grande en la historia del país.
"¡VERDADERO!" escribió Trump, apoyando los rumores que giran en torno a esta medida propuesta.
Desde la campaña electoral, Trump ha afirmado repetidamente que su política de deportación comenzaría "desde el primer día" de su mandato.
Para facilitar la implementación de esta política, la semana pasada anunció el regreso de su exasesor Stephen Miller, conocido por su retórica nacionalista de extrema derecha y por promover teorías de conspiración racistas sobre la supuesta sustitución de la población blanca por inmigrantes, como su jefe de personal adjunto y asistente principal de Seguridad Nacional.
Asimismo, el exdirector interino de Inmigración y Control de Aduanas, Tom Homan, ha sido nombrado como "zar de la frontera", mientras que la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, ha sido propuesta para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional.
El anuncio de Trump representa la primera confirmación sobre cómo planea su administración llevar a cabo este controvertido plan que, de implementarse, afectaría a aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados y podría generarle al país un costo de aproximadamente 83.1 mil millones de euros al año, de acuerdo con el American Immigration Council.
A pesar de las afirmaciones de Trump durante las elecciones sobre la criminalidad de los inmigrantes, la mayoría de los indocumentados en Estados Unidos son trabajadores que contribuyen a diversas industrias, como la agricultura, la construcción y la hostelería.
Históricamente, las políticas de deportación han sido un tema sensible en la política estadounidense, especialmente bajo la administración de Obama, que también enfrentó críticas por su enfoque en la deportación de inmigrantes indocumentados.
El futuro de la política migratoria en Estados Unidos se encuentra en un punto crítico y las acciones de Trump podrían intensificar las tensiones entre su administración y aquellos que abogan por un enfoque más humano hacia la inmigración.
Expertos advierten que la implementación de un programa tan amplio podría desembocar en problemas logísticos y sociales significativos, afectando a comunidades enteras y provocando un aumento en las tensiones raciales.
La sociedad estadounidense sigue dividida sobre este tema, y cada declaración de Trump parece encender aún más el debate.