El ex presidente Donald Trump reafirma su derecho a realizar ataques personales contra la vicepresidenta Kamala Harris, mientras su campaña busca enfocarse en temas económicos.
Bedminster, Nueva Jersey: En una reciente conferencia de prensa, el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se mostró decidido a continuar sus ataques personales hacia la vicepresidenta Kamala Harris, a pesar de que algunos de sus aliados republicanos le han aconsejado que cambie su tono y se centre más en asuntos de política pública.
Trump, visiblemente molesto, declaró a los reporteros frente a su campo de golf en Bedminster que se siente "en derecho" a seguir atacando a Harris, a quien no considera una rival digna.
"No tengo mucho respeto por su inteligencia, y creo que será una presidenta terrible", comentó, argumentando que Harris ha sido igualmente agresiva en sus ataques personales.
Aunque sus asesores habían sugerido que el ex presidente debería moderar su discurso para poder captar el apoyo de votantes indecisos, Trump insistió en que estaba llevando a cabo una "campaña muy tranquila". En su interpretación, su conferencia de prensa, que se extendió por casi 80 minutos, fue un ejemplo de calma y control.
Sin embargo, a lo largo de su intervención, repitió términos como "radical" y "enfermo" para referirse a sus oponentes.
Durante la conferencia, Trump también intentó poner de manifiesto su enfoque en la economía y la inflación, mostrando propósitos visuales que incluían productos de supermercado que había adquirido: tres litros de leche, varias latas de sopa Campbell, al menos tres docenas de huevos y una caja de Cheerios.
Con estas demostraciones, Trump quiso respaldar sus propuestas para combatir la inflación.
A pesar de este intento de centrarse en lo económico, el tono de su discurso terminó desviándose, llevando a Trump a hacer comentarios sobre Hillary Clinton, los molinos de viento y la decisión de Biden de abandonar la carrera.
Este evento marcó la segunda conferencia que Trump convocó en igual número de semanas, en un esfuerzo por frenar el impulso que ha conseguido Harris tras haber unido rápidamente a los demócratas en torno a su candidatura presidencial.
Sus asesores más cercanos le han instado a que concentre su campaña en temas como la economía, la inmigración y el crimen, áreas que consideran que podrían atraer a electores indecisos.
Sin embargo, en su discurso de este jueves (viernes en AEST), Trump optó por desviar su mensaje, a pesar de haberse presentado en el podio con un compendio de propuestas preparadas.
A pocos minutos de comenzar, se permitió divagar, evidenciando su tendencia a salirse del guion habitual.
Este tipo de conducta le ha caracterizado a lo largo de su carrera, desde sus días en la Casa Blanca hasta su presente como candidato electoral.
Históricamente, Trump ha tenido una relación tumultuosa con los medios de comunicación y sus oponentes políticos, lo que ha dado lugar a constantes críticas por su estilo confrontativo.
La presión sobre la campaña de Trump parece establecer un desafío continuo a medida que se acerca el ciclo electoral de 2024, donde buscará nuevamente recuperar la presidencia.