El candidato presidencial Donald Trump hace uso de referencias a Hannibal Lecter en sus discursos sobre inmigración, revelando aspectos de su estilo y la era en la que se popularizó.

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En sus recientes discursos, Donald Trump, el candidato presidencial republicano, ha incorporado de manera curiosa referencias a Hannibal Lecter, el infame asesino en serie de ficción interpretado por Anthony Hopkins en "El silencio de los corderos". Durante un mitin en Atlanta el 3 de agosto, Trump mencionó a Lecter al hablar sobre inmigración, desatando tanto risas como críticas entre sus seguidores y detractores.

"Odiarán cuando use al Dr.

Hannibal Lecter... el gran Hannibal Lecter", declaró, al parecer en alusión a la manera en que los medios interpretan su retórica.

En su discurso de aceptación en la reciente Convención Nacional Republicana, Trump no dudó en evocar al personaje diciendo: "¿Alguien ha visto 'El silencio de los corderos'? El gran Hannibal Lecter.

Le encantaría tenerte para cenar.

Eso son los manicomios.

Están vaciando sus manicomios". Esta forma de hacer referencia a un personaje tan macabro y el contexto en el que lo hace parece reflejar su intención de conectar con una audiencia específica que abraza sus opiniones sobre inmigración con una narrativa visceral y alarmista.

El 11 de mayo, en Wildwood, Nueva Jersey, Trump continuó con el mismo tono, al señalar: "El gran Hannibal Lecter.

Es un hombre maravilloso... ¿Recuerdan la última escena?" A partir de estas referencias, Trump ha construido una narrativa que sugiere que hay personas indeseadas que están siendo liberadas en el país, una afirmación que adolece de pruebas concretas.

De acuerdo con datos federales, solo alrededor del 1% de los detenidos en la frontera sur tienen antecedentes criminales, y no hay evidencia que sugiera que los inmigrantes indocumentados cometen más delitos que los ciudadanos estadounidenses.


Desde un punto de vista más amplio, estas menciones de Hannibal Lecter nos permiten vislumbrar la era y el contexto de la popularidad de Trump como figura mediática.

Para muchos, un mitin de Trump es como una cápsula del tiempo, un momento congelado en los vibrantes años 80, cuando Trump dominaba los clubes y tabloides de Nueva York.

Las pautas musicales que suele elegir durante sus mitines contienen clásicos de esa década, como "Y.M.C.A." y "Gloria", reforzando la idea de que su estilo y estética permanecen anclados en un pasado que, para muchos, parece lejano.

Trump presenta un vestuario que bien podría haber salido de una pasarela de los años 80, con trajes que parecen rememorar una época en la que la ostentación y el diseño interior dorado eran sinónimo de riqueza.

Si bien sus referencias a Hannibal Lecter pueden parecer extravagantes, revelan un patrón de comportamiento y conexión con su electorado que va más allá de meras comparaciones, insinuando un estilo de comunicación que persigue evocar emociones y reacciones fuertes.

En resumen, mientras sus alusiones al famoso personaje de ficción son llamativas, también encapsulan el periodo en el que Trump se hizo famoso.

Su enfoque hacia la inmigración sigue siendo un elemento central de su campaña electoral, y estas referencias culturales, aunque únicas, nos hablan de una estrategia de comunicación que busca despertar temores y resonar con una base que todavía encuentra eco en los relatos oscuros de las décadas pasadas.