El juez Arthur Engoron ha dictaminado que el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cometió fraude durante años al construir su imperio inmobiliario, lo que lo catapultó a la fama y a la Casa Blanca.

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En una demanda civil presentada por el fiscal general de Nueva York, el juez Arthur Engoron ha dictaminado que el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cometió fraude durante años al construir su imperio inmobiliario.

Según la sentencia, Trump y su compañía engañaron a bancos, aseguradoras y otros al sobrevalorar masivamente sus activos y exagerar su patrimonio neto en la documentación utilizada para realizar transacciones y asegurar financiamiento.

Como castigo, Engoron ordenó que se revoquen algunas de las licencias comerciales de Trump, lo que dificultaría o haría imposible que su compañía realice negocios en Nueva York.

Además, dictaminó que un monitor independiente supervisará las operaciones de la Organización Trump.

En caso de no ser apelada con éxito, esta orden privaría a Trump de su autoridad para tomar decisiones estratégicas y financieras sobre algunas de sus propiedades clave en el estado.

Trump, en una serie de declaraciones, criticó la decisión llamándola "antiamericana" y parte de una conspiración continua para dañar su campaña para regresar a la Casa Blanca.


En su sitio Truth Social, afirmó que sus derechos civiles habían sido violados y que las cortes de apelación deberían revertir esta "horrible y antiamericana decisión". Insistió en que su compañía había hecho un "trabajo magnífico" para el estado de Nueva York y que había hecho negocios de manera perfecta, calificando este como "¡Un día muy triste para el sistema de justicia del estado de Nueva York!".

El abogado Christopher Kise anunció que Trump apelará la decisión, calificándola de "totalmente desconectada de los hechos y la ley vigente".

Esta decisión, días antes del inicio de un juicio sin jurado en la demanda de la fiscal general Letitia James, es la mayor repudiación hasta ahora de la cuidadosamente construida imagen de Trump como un rico magnate inmobiliario convertido en un poderoso líder político.

Más allá de presumir sobre sus riquezas, Trump, su compañía y ejecutivos clave mintieron repetidamente sobre ellas en sus estados financieros anuales, obteniendo beneficios como condiciones favorables de préstamo y primas de seguro más bajas, según el fallo del juez Engoron.