En el juicio en Nueva York se vivió un momento vergonzoso cuando el juez Juan Merchan regañó a la abogada de Donald Trump, Susan Necheles, por no haber objetado a los detalles sórdidos que salieron a la luz sobre el presidente y la actriz porno.

Merchan, visiblemente molesto, se preguntó por qué Necheles no objetó la mención de un condón.

Esta situación pone en evidencia el caso más débil en contra del ex presidente.

El juicio se ha vuelto un circo mediático lleno de detalles escandalosos: una azotaina, una posición sexual y un intercambio de insultos como "cara de caballo" y "excremento naranja". A pesar de ser un caso de poca monta, sigue siendo revelador de la moralidad, o falta de ella, de nuestro presidente.

Aunque Trump es conocido por ser un operador turbio, sus intenciones siguen en tela de juicio.

Se espera que ninguno de los casos pendientes se resuelva antes de las elecciones, lo que genera incertidumbre sobre su futuro político.

La defensa de Trump parece apostar a que sus ex asistentes, Hope Hicks y Madeleine Westerhout, hayan dado la impresión de que el presidente ocultó el escándalo para proteger a su esposa Melania, en lugar de pensar en sus aspiraciones políticas.

El juicio continúa sorprendiendo a la opinión pública con detalles inesperados sobre la vida íntima de Trump y su relación con Stormy Daniels.