En el juicio por fraude civil del ex presidente Donald Trump, se han revelado correos electrónicos internos que muestran que los banqueros de inversión dudaban de que la NFL le permitiera comprar los Buffalo Bills en 2014, pero le animaron a seguir en la competencia. Aunque se considera improbable que sea aprobado, su apoyo no perjudica el proceso.

En 2014, Donald Trump mostró interés en comprar los Buffalo Bills, pero los banqueros de inversión tenían dudas de que la NFL lo aprobara.

Sin embargo, le animaron a continuar en la competencia.

Aunque su historial como dueño de casinos y su participación en un proceso antimonopolio del rival USFL contra la NFL podrían jugar en su contra, su fuerte apoyo al proceso no pasó desapercibido.

A pesar de las dudas, Trump decidió hacer una oferta de 1.000 millones de dólares en efectivo (1.300 millones de euros o 2.000 millones de dólares actuales) por los Bills.

Esta oferta lo convirtió en uno de los tres finalistas para adquirir el equipo después de la muerte del fundador y propietario del Salón de la Fama, Ralph Wilson.

Sin embargo, el equipo fue finalmente comprado por Terry y Kim Pegula, propietarios de los Buffalo Sabres de la NHL, por 1.400 millones de dólares.

Además de los Pegula, el grupo liderado por Jon Bon Jovi también mostró interés en adquirir los Bills, pero finalmente no tuvo éxito.

El intento fallido de Trump de comprar los Bills es uno de los movimientos comerciales que se están examinando en el juicio por fraude presentado por la Fiscal General de Nueva York, Letitia James.

Trump niega cualquier irregularidad y asegura que las declaraciones financieras presentadas en su momento subestimaron su riqueza.

El ex presidente tuvo la propiedad de los New Jersey Generals de la USFL y llevó a la liga a demandar a la NFL en la década de 1980, alegando que esta última tenía el monopolio del fútbol profesional.

Aunque la USFL ganó el juicio, solo recibió una indemnización de 1 dólar, que se multiplicó por 3 con los intereses una vez que fue respaldada por la Corte Suprema de Estados Unidos.

La USFL, que había solicitado 1.300 millones de dólares, se declaró en quiebra poco después.

Durante el caso antimonopolio, Trump testificó que el entonces comisionado de la NFL, Pete Rozelle, propuso la idea de que él tuviera una franquicia de la NFL y lo instó a no presentar la demanda.

Trump además afirmó que Rozelle trató en vano de convencerlo de abandonar los planes de cambiar la temporada de la USFL de primavera a otoño.

Este cambio en el calendario, promovido por Trump, enfrentó a la USFL contra la NFL y se considera una de las principales causas del declive de la liga más nueva.