Nueva York se convierte en el escenario de batalla para Donald Trump, quien enfrenta tres duras derrotas legales en la ciudad que alguna vez lo vio triunfar.
Anteriormente conocida como la ciudad de Donald Trump, Nueva York se ha convertido en el escenario de batalla del ex presidente.
Esta semana, recibió su tercera y más fuerte derrota legal del año en su ciudad natal: una condena por delito grave, pronunciada por un jurado de 12 residentes de Manhattan.
Esta condena trae consigo la posibilidad de que Trump pueda eventualmente ser encarcelado en Nueva York, un giro radical de la imagen que pasó décadas cultivando como magnate inmobiliario y hombre de sociedad.
En febrero, Trump sufrió otra humillación: un fallo de más de 450 millones de dólares en un caso de fraude civil presentado por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, por sobrevalorar su patrimonio neto.
Este juicio socavó un elemento central de su identidad pública como brillante empresario.
Y en enero, otro jurado en Manhattan ordenó al ex presidente pagar 83,3 millones de dólares por difamar a la escritora E. Jean Carroll, a quien Trump había sido encontrado responsable por abusar sexualmente en un probador en Bergdorf Goodman en la década de 1990.
En conjunto, los tres casos han erosionado gradualmente la imagen que Trump construyó a lo largo de sus décadas en la ciudad de Nueva York, incluso cuando la mayoría de las encuestas siguen mostrándolo liderando la carrera presidencial de este otoño.
Los resultados electorales de 2016 y 2020 en Manhattan, donde Trump perdió por amplio margen, sugieren que había agotado su bienvenida allí hace algún tiempo.
El viernes, a medida que la última gran derrota se hundía, algunos neoyorquinos parecían sugerir que estaban contentos de que se hubiera mudado a Florida.