El arresto del ex presidente Donald Trump en Georgia marca un punto de inflexión en la lucha por la nominación republicana. A pesar de la ausencia de Trump en el debate presidencial republicano, ninguno de los candidatos rivales logró disminuir su influencia. El ex vicepresidente Mike Pence, considerado el candidato más consistente y experimentado, es visto como un traidor por no apoyar los intentos de Trump de revertir la victoria de Joe Biden. Los demás candidatos tampoco lograron destacar, lo que refuerza aún más la posición de Trump como líder indiscutible del partido.
El arresto del ex presidente Donald Trump en Georgia marca un punto de inflexión en la lucha por la nominación republicana.
A pesar de la ausencia de Trump en el debate presidencial republicano, ninguno de los candidatos rivales logró disminuir su influencia.
El ex vicepresidente Mike Pence, considerado el candidato más consistente y experimentado, es visto como un traidor por no apoyar los intentos de Trump de revertir la victoria de Joe Biden.
Los demás candidatos tampoco lograron destacar, lo que refuerza aún más la posición de Trump como líder indiscutible del partido.
Ron DeSantis, gobernador de Florida, no logró romper barreras.
No logró separarse de sus puntos de vista preestablecidos.
Si bien ganó la reelección como gobernador el año pasado con una amplia ventaja, DeSantis no ha logrado mostrar su carisma y se encuentra atrapado en las guerras culturales de la ideología woke, los programas escolares y las prohibiciones de libros, el miedo anti-gay y anti-trans, sin poder trascender esas áreas de conflicto y convertirse en una alternativa atractiva a Trump.
Nikki Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur, fue enérgica al hablar sobre el aborto, los presupuestos y los impuestos, y Ucrania.
Sin embargo, en sus posiciones, critica lo que hizo Trump, especialmente en cuanto a sus grandes recortes de impuestos y el endeudamiento.
Haley no puede ganarse a los votantes de Trump atacando al jefe.
Tim Scott, el senador negro de Carolina del Sur, no logró destacar.
A pesar de ser un hombre muy atractivo con una narrativa convincente, que es, entre los candidatos enojados, una persona decente y esperanzadora, quedó marginado.
Aún podría ser el compañero de fórmula perfecto para la vicepresidencia.