El fenómeno del apoyo latino a Donald Trump en Arizona resalta el cambio de tendencias políticas en la comunidad mientras la inmigración ilegal se convierte en un tema crucial.
En una tarde calurosa en el recinto ferial del condado de Pima, ubicado en las afueras de Tucson, Arizona, un grupo de seguidores de Donald Trump se dispersa tras un mitin liderado por su compañero político, el candidato a la vicepresidencia J. D. Vance.
Entre la multitud se encuentra Jesús Poblete, un taxista mexicano-estadounidense de primera generación, quien luce una camiseta de 'Latinos por Trump'. Con orgullo, su familia sostiene letreros de apoyo a Trump.
'Hemos sido conservadores desde hace tiempo', comenta Poblete.
'Esta es mi tercera vez votando por Donald Trump.'
A sus 46 años, Poblete expresa las frustraciones comunes que comparten muchos de los seguidores de Trump: el país está fracasando bajo la gestión demócrata, la economía está en crisis y hay una sensación generalizada de que las elecciones están bajo sospecha.
Para él, es fundamental regresar a los valores estadounidenses tradicionales: Dios, familia y patria.
Sin embargo, en Tucson, a casi 100 kilómetros de la frontera con México, uno de los temas más apremiantes es la inmigración ilegal.
El padre de Poblete llegó a los EE. UU. en la década de 1970 en busca de una mejor vida, y formó parte de los millones de inmigrantes ilegales que recibieron amnistía bajo la presidencia republicana de Ronald Reagan en 1986.
A diferencia de esa época, Poblete argumenta que la situación actual es drásticamente diferente.
'Los migrantes llegan a la frontera no para contribuir al país, sino para aprovecharse de él o dedicarse a actividades delictivas, drogas y tráfico sexual', afirma, apoyando las promesas de Trump y Vance de expulsar a estos grupos.
'En el caso de mis padres, si hubieran sido deportados en ese momento, habría sido justificado.
No entraron por cercas en las montañas, llegaron buscando trabajo.
Si sabemos que alguien puede contribuir a este país, deberíamos darle la bienvenida.
Pero lo que está ocurriendo ahora no es lo mismo', explica con firmeza.
Este sentimiento no es exclusivo de Poblete; es un eco generalizado en Arizona y otros estados.
Aunque los latinos que votan por Trump son una minoría, esta tendencia está en aumento.
Históricamente, los latinos eran un base sólida de apoyo para los demócratas, pero en las elecciones de 2020, comenzaron a votar por los republicanos en números significativamente mayores.
Según datos del Pew Research Center, los votantes latinos superaron a los afroamericanos en la última elección, convirtiéndose en el grupo de no blancos más grande.
A medida que nos acercamos a las elecciones de 2024, se estima que aproximadamente 36,2 millones de latinos serán elegibles para votar, destacando su creciente influencia en cada estado donde el voto es disputado.
Este cambio en la preferencia electoral revela una reconfiguración en el panorama político de Estados Unidos, donde las comunidades latinas están buscando representación que aborde sus preocupaciones, particularmente en relación con la inmigración y la economía.