Exploración de las antiguas tradiciones chinas durante el Festival de los Fantasmas Hambrientos en Singapur.

Imagen relacionada de festival fantasmas hambrientos singapur

En Singapur, los ciudadanos de origen chino han estado participando en el Festival de los Fantasmas Hambrientos, una tradición que se remonta a siglos atrás y que está profundamente arraigada en las creencias taoístas y budistas.

Este festival, que dura un mes, es un tiempo en el que se cree que las puertas del inframundo se abren, permitiendo a los espíritus de los difuntos entrar nuevamente al mundo de los vivos.

Durante este mes, es común rendir homenaje a los ancestros y apaciguar a las almas inquietas a través de rituales que incluyen la quema de dinero de papel, incienso y la ofrenda de alimentos, todo con el fin de ayudar a las almas a encontrar su camino hacia el más allá. Entre las delicias que los singapurenses de ascendencia china compran para esta celebración se encuentran el pato asado, cerdo y cangrejo.

He tenido la suerte de vivir en una comunidad china-singapurense muy acogedora dentro de un recinto de vivienda pública.

La semana pasada, apareció un puesto de comida improvisado en la entrada del mercado local, ofreciendo todos los productos necesarios para una cena festiva.

Mis vecinos estaban absortos mirando bandejas de patos asados crujientes, sabrosos trozos de panceta de cerdo, cangrejos cocidos y algunas pescados fritos.

Un anciano chino, al notar mi curiosidad, me comentó que estaban preparándose para el clímax de las celebraciones: el día en que los fantasmas están más activos, según dicta la tradición, que este año cayó en domingo – la noche 15 del séptimo mes del calendario lunar.


No muy lejos, un enorme horno de acero ardía a temperaturas muy altas, consumiendo efigies en llamas, lo que generaba una intensa oleada de calor bajo el sol de mediodía de Singapur, casi como si nos encontráramos a las puertas del infierno mismo.

Singapur es el único país de mayoría étnica china fuera de China, Taiwán y Hong Kong, lo que ofrece una ventana a estas fascinantes tradiciones y supersticiones que comenzaron hace varios siglos en el continente asiático y han sido transmitidas de generación en generación a la diáspora china.

Desde el 1 de julio de este año, los australianos también tienen más facilidad para experimentar festivales como este y empaparse de la cultura china viajando directamente a China.

Se ha eliminado el tedioso proceso de solicitud de visa, así como los requisitos de cartas de invitación y la presentación previa de pasaportes a una oficina de aprobación de visas.

Sin duda, esta simplificación impulsará un mayor intercambio cultural entre regiones y permitirá a más personas conectar con estas ricas tradiciones que han perdurado a lo largo del tiempo.