Más de 335,000 personas han sido regresadas a Afganistán desde Pakistán desde principios de octubre hasta mediados de noviembre.

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En el mundo, particularmente en Asia, se ha vuelto una problemática que más de 335,000 personas hayan sido forzosamente regresadas a Afganistán desde Pakistán desde el inicio de octubre hasta mediados de noviembre.

Diversos grupos de derechos humanos afirman que las mujeres, los niños y los miembros del grupo étnico Hazara son especialmente vulnerables a la violencia extremista luego de ser regresados.

La situación es aún más preocupante cuando se considera que Australia ha asignado 31,500 lugares en su programa de reasentamiento humanitario para afganos, pero hasta la fecha, menos de la mitad de las solicitudes han sido aprobadas.

Un caso particularmente preocupante es el de Sajjad Askary, de 27 años, quien acaba de terminar su carrera de derecho en la Universidad de Monash.

Mientras completaba tareas sobre derecho de familia en Australia, se enfrentó a un desafío al que pocos de sus compañeros de clase han tenido que enfrentarse: encontrar una casa segura para su tía y sus hijos en Kabul, donde se están escondiendo de los talibanes.

Tanto Sajjad Askary como Sitarah Mohammadi, jóvenes líderes australianos de origen Hazara, temen por la seguridad de sus familias en el extranjero.

Mientras la atención mundial se centra en la guerra en Gaza, otra gran crisis humanitaria está emergiendo.

Las autoridades de Pakistán anunciaron recientemente que todos los migrantes indocumentados en el país deberán abandonar el país antes de finales de octubre o enfrentar la deportación.

Según el director ejecutivo del Consejo de Refugiados de Australia, Paul Power, ha habido un aumento de la violencia contra los refugiados afganos en Pakistán, muchos de los cuales están esperando los resultados de solicitudes de visa para países como Australia, donde tienen familia.

Power afirmó: 'Hemos escuchado que los afganos están enfrentando un aumento del hostigamiento por parte de la policía, detenciones ilegales, confiscación y demolición de sus hogares, desmantelamiento de sus negocios y se les está forzando a cruzar la frontera hacia Afganistán'.

De acuerdo con la agencia de refugiados de la ONU, más de 335,000 personas fueron regresadas a Afganistán entre principios de octubre y el 16 de noviembre.

Pakistán ha sido tradicionalmente un lugar de refugio para los afganos perseguidos, muchos de los cuales han residido en el país durante generaciones.

Sin embargo, a principios de octubre se produjo un cambio drástico de política.

Islamabad ordenó a todos los migrantes indocumentados, entre los cuales se encuentran 1.7 millones de afganos según las autoridades paquistaníes, abandonar el país de inmediato.

Elaine Pearson, directora de Human Rights Watch para Asia, calificó esta medida como un 'movimiento político descarado del gobierno para intentar ganar votos' en las próximas elecciones generales de Pakistán, previstas para febrero.