La situación política en Corea del Sur se intensifica con un intento de arresto al expresidente Yoon Suk Yeol, rodeado por manifestantes que defienden su causa.

Seúl: Las autoridades surcoreanas han iniciado un histórico intento de ejecutar una orden de arresto contra el expresidente Yoon Suk Yeol, quien fue destituido de su cargo y enfrenta una creciente oposición por parte de un grupo de manifestantes que se han movilizado frente a su residencia.

Esta situación marca un momento sin precedentes en la historia política del país, dado que nunca antes un presidente en ejercicio había estado bajo amenaza de arresto.

Yoon, quien intenta sortear un clima cada vez más hostil, está siendo investigado por un intento fallido de imponer la ley marcial el pasado 3 de diciembre.

Este hecho ha desatado una serie de controversias y críticas en torno a su gobierno, así como a su manejo de la seguridad nacional en un contexto de creciente tensión regional.

Las autoridades de la Oficina de Investigación de la Corrupción para Altos Funcionarios (CIO) se presentaron en la residencia oficial de Yoon en Seúl, poco después de las 7 de la mañana (9 de la mañana AEDT), según testigos de Reuters.

La situación se ha intensificado con la movilización de alrededor de 2800 policías para ejecutar la orden de arresto, lo que refleja la seriedad con la que los funcionarios están abordando el asunto.

La intervención de la Policía de Seguridad Presidencial ha dificultado el acceso de los investigadores a las oficinas de Yoon, bloqueando sus intentos de cumplir con la orden de registro aprobada por un tribunal.

Esto ha generado un ambiente de tensión entre las fuerzas del orden y los manifestantes que defienden al expresidente.

En las primeras horas de la mañana, aproximadamente 100 personas se agruparon cerca de su casa, desafiando la llegada de las autoridades.

"Debemos bloquearlos con nuestras vidas", exclamaba uno de los manifestantes, capturando el fervor presente en esta movilización.

La situación ha sido similar a otras crisis políticas en la historia de Corea del Sur, donde las manifestaciones han jugado un papel crucial en la destitución de líderes anteriores, como el caso de Park Geun-hye en 2017.

Los manifestantes han expresado su determinación de impedir cualquier intento de arresto, lo que ha llevado a un enfrentamiento entre aquellos que apoyan a Yoon y las fuerzas de la ley.

Esta dinámica crea incertidumbre sobre cómo se desarrollarán los acontecimientos en los días venideros, y podría tener implicaciones significativas para la estabilidad política en el país.

Yoon Suk Yeol, quien asumió la presidencia en mayo de 2022, ha encontrado su liderazgo desafiado desde el principio, especialmente debido a la pandemia y la crisis económica resultante.

La posibilidad de un arresto marcaría un intervalo oscuro en la historia contemporánea de Corea del Sur, sumando a la narrativa de un país que ha recorrido un camino tumultuoso hacia la democratización desde la década de 1980, en la que se llevaron a cabo varias revueltas populares contra regímenes autoritarios.

En este contexto, muchos coreanos se preguntan hasta qué punto será capaz de sobrevivir Yoon a esta crisis política y qué repercusiones tendrá su eventual arresto, si se lleva a cabo, no solo para su futuro, sino también para la dirección política del país en su conjunto.