La destitución del presidente en funciones Han Duck-soo tras la suspensión del presidente Yoon Suk Yeol marca un periodo de inestabilidad en Corea del Sur.

Seúl: La Asamblea Nacional de Corea del Sur llevó a cabo el impeachment del presidente en funciones Han Duck-soo, solo dos semanas después de haber suspendido los poderes de su predecesor, Yoon Suk Yeol, quien también tuvo que enfrentar un procedimiento de destitución por su súbita declaración de ley marcial el pasado 3 de diciembre.

Este desenlace ha llevado a la nación a una situación política aún más compleja.

El primer ministro Han Duck-soo, que asumió el cargo de presidente en funciones tras la destitución de Yoon, se ha convertido en el foco de una crisis que amenaza con desestabilizar el sistema democrático surcoreano, ampliamente reconocido por su sólida trayectoria.

Además, esta situación ha intensificado la incertidumbre en un país que ha experimentado un notable progreso económico y político desde el final de la dictadura militar en la década de 1980.

Desde su oficina, el Ministro de Finanzas Choi Sang-mok, quien ahora ejerce como presidente en funciones mientras la Corte Constitucional evalúa los casos de Yoon y Han, ha convocado al Consejo de Seguridad Nacional y dialogado con altos mandos militares.

Ante la incerteza, Choi ha expresado su compromiso de hacer todo lo posible para estabilizar la situación, aunque el país se encuentra en una encrucijada política.

La inesperada declaración de ley marcial, que fue percibida como un intento de Yoon de controlar la situación, generó preocupaciones no solo dentro del país, sino también entre los aliados de Corea del Sur, incluyendo Estados Unidos y varias naciones europeas.

Para estos países, Yoon había sido un socio clave en sus esfuerzos por contrarrestar la influencia de China, Rusia y Corea del Norte en la región.

La destitución de Han Duck-soo añade más incertidumbre a la política surcoreana.

Existen temores de que Choi también pueda enfrentar consecuencias similares si sus posturas chocan con la mayoría parlamentaria, que ahora está liderada por la oposición.

Durante el debate previo al impeachment, Choi intentó convencer a los legisladores de que retirar el proyecto contra Han podría causar un gran daño a la economía surcoreana, que ya muestra signos de debilidad bajo la presión de la inestabilidad.

Cabe recordar que el proceso democrático surcoreano se ha visto fortalecido a lo largo de las décadas debido a las luchas por la democratización, que culminaron en eventos significativos como las manifestaciones de Gwangju en 1980 y el movimiento de la Luz en 1987. Sin embargo, la situación actual plantea serias dudas sobre la capacidad de las instituciones democráticas para manejar crisis de gran magnitud.

Choi ha declarado: “El gobierno debe esforzarse al máximo para asegurarse de que la gente no se sienta ansiosa, o que la seguridad del país y la vida cotidiana de las personas no se vean alteradas”. Sin embargo, la pregunta que muchos se hacen ahora es si es posible evitar más turbulencias en el panorama político de Corea del Sur a medida que se desarrollan estos acontecimientos.