Corea del Sur enfrenta una crisis política tras la decisión del parlamento de destituir al presidente Yoon Suk Yeol, quien se encuentra en medio de protestas masivas.

El parlamento de Corea del Sur ha tomado una decisión histórica al votar a favor de la destitución del presidente Yoon Suk Yeol, quien ha estado bajo presión política desde que implementó una breve declaración de ley marcial el pasado 3 de diciembre.

Esta declaración, que fue considerada excesiva por muchos, inició una ola de disturbios políticos en el país, llevando a un aumento significativo en las protestas populares.

La votación se llevó a cabo el sábado, y la moción de destitución fue respaldada por 204 legisladores, mientras que 85 votaron en contra, con tres abstenciones y ocho votos inválidos.

La aprobación del impeachment fue posible porque varios miembros del Partido del Poder Popular, el partido de Yoon, decidieron unirse a las filas de la oposición, que controla 192 escaños en la asamblea nacional de 300 miembros, alcanzando así el umbral de dos tercios necesario para la destitución.

Con esta decisión, el primer ministro Han Duck-soo asumirá el cargo de presidente interino mientras el Tribunal Constitucional del país tiene hasta 180 días para determinar si Yoon será destituido oficialmente o si sus poderes serán restaurados.

En caso de que Yoon sea removido definitivamente, se convocará a elecciones nacionales para elegir a su sucesor en un plazo de 60 días.

Tras la votación, Yoon Suk Yeol emitió una declaración en la que expresó su determinación de no rendirse, señalando que su trayectoria junto al pueblo no debería detenerse a pesar de la crisis actual.

"Aunque pueda parecer que estoy en un alto por ahora, el viaje hacia el futuro que he recorrido junto a la ciudadanía durante los últimos dos años y medio no debe parar nunca", afirmó.

Este no es el primer intento de destitución que enfrenta Yoon, ya que logró sobrevivir a una moción anterior presentada la semana pasada.

Sin embargo, la presión social ha aumentado notablemente, y las protestas en su contra han sido masivas, con decenas de miles de ciudadanos saliendo a las calles cada noche durante las últimas dos semanas, desafiando las inclemencias del tiempo y exigiendo su renuncia.

Es importante recordar que Yoon Suk Yeol se convierte en el segundo presidente conservador destituido en Corea del Sur, después de que Park Geun-hye fuera destituida en 2017, un evento que marcó un hito en la política surcoreana y que dejó una profunda huella en la historia del país.

La situación actual refleja un clima político convulso en el que la ciudadanía y su descontento juegan un papel crucial en la configuración del futuro político de la nación.

Este proceso de destitución de Yoon podría ser un indicativo de cambios más profundos en el sistema democrático de Corea del Sur, ya que el país lidia con los desafíos de gobernabilidad y la necesidad de representar fielmente los intereses del pueblo.

A medida que se desarrollan los acontecimientos, será fundamental observar cómo el Tribunal Constitucional manejará este caso, y qué implicaciones tendrá para el futuro político de Corea del Sur.