El pasado 21 de julio, el planeta experimentó temperaturas récord, superando los niveles más altos desde que se tienen registros. El cambio climático y fenómenos naturales intensifican el calentamiento global.

El pasado domingo 21 de julio se registró la temperatura más alta jamás documentada, alcanzando una media global de 17.09 grados Celsius, según datos preliminares del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea.

Este dato supera ligeramente el récord anterior de 17.08 grados Celsius conseguido en julio del año pasado.

Durante este fin de semana, olas de calor han sacudido amplias regiones de Estados Unidos, Europa y Rusia, haciendo evidente el impacto del cambio climático.

Carlo Buontempo, director del servicio Copernicus, señaló que es probable que los días iniciales de esta semana superen el récord del domingo debido a las continuas olas de calor que están afectando al mundo.

"Cuando se presentan estos picos de temperatura, tienden a agruparse", afirmó Buontempo.

El año pasado, desde el 3 hasta el 6 de julio, se anotaron cuatro días consecutivos rompiendo récords de temperatura.

Este patrón ha sido impulsado principalmente por el cambio climático, resultado de la quema de combustibles fósiles, que ha llevado a condiciones extremas de calor en el Hemisferio Norte.

Aunque el récord del domingo fue solo una ligera mejora con respecto al del año anterior, lo realmente notable es la diferencia en las temperaturas registradas en los últimos 13 meses en comparación con los registros anteriores.

Desde junio de 2023, cada mes ha alcanzado niveles de temperatura sin precedentes, lo que resalta la urgencia de la situación climática.

Diversos científicos han avisado que el año 2024 podría superar a 2023 como el año más caluroso desde que se llevan registros, debido al cambio climático y a la influencia del fenómeno natural El Niño, que se disipó en abril.

Este fenómeno meteorológico tiene una fuerte relación con el aumento de las temperaturas, ya que altera los patrones climáticos habituales.

Desde su aparición, las condiciones climáticas han estado marcadas por un incremento notable de calor en distintos puntos del planeta.

Además, el El Niño tiende a tener un efecto acumulativo, y su finalización no ha hecho más que intensificar las temperaturas.

Históricamente, los varios registros de temperatura se han visto afectadas por fenómenos tanto naturales como humanos.

La comunidad científica ahora observa con preocupación el aumento de eventos meteorológicos extremos, que son esperables con el avance del calentamiento global.

La situación actual pone de relieve la necesidad de tomar medidas urgentes y efectivas para abordar esta crisis climática, para salvaguardar nuestro planeta y su futuro.