El exministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, ha sido relegado a un puesto menor tras su repentina desaparición en 2023, lo que ha generado especulaciones sobre su futuro en la política.
En un giro inesperado en el ámbito político chino, Qin Gang, quien ocupó el cargo de ministro de Asuntos Exteriores hasta su extraña desaparición en el verano de 2023, ha visto su carrera caer en picada.
Desde que desapareció de la vista pública, se ha desatado una tormenta de rumores sobre su paradero y su situación.
Algunos especulaban que había sido arrestado, otros afirmaban que se había suicidado, pero la realidad es que Qin sigue con vida, aunque en una situación muy comprometida.
Según dos exfuncionarios estadounidenses, Qin ha sido relegado a un empleo de bajo nivel en una editorial relacionada con el Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
Este cambio de posición, que se habría concretado en la primavera, ha sido considerado como una "caída en desgracia". Sin embargo, esta reubicación también significa que "está libre de problemas", ya que no enfrentará cargos penales, aunque su carrera política parece concluida.
Qin, de 58 años, fue un apasionado defensor de la línea dura del Partido Comunista y un leal aliado del presidente Xi Jinping, lo que le permitió ascender rápidamente en un sistema político donde la lealtad es fundamental.
A la edad de 56 años, fue nombrado no solo ministro de Asuntos Exteriores, sino también consejero de Estado, una posición que su predecesor, Wang Yi, obtuvo a los 65 años tras un largo recorrido en el cargo de ministro.
El proceso por el que Qin llegó al poder era extraordinario, dado que su ascenso se produjo en un momento en que Xi Jinping estaba consolidando su control sobre la política exterior de China.
Pero su abrupta caída ha generado diversas interpretaciones, desde una ineficacia en su papel como ministro hasta diferencias irreconciliables con los sectores más conservadores del régimen.
Además, su destino podría servir de advertencia a otros funcionarios del partido sobre las consecuencias de no alinearse con la política central del liderazgo chino.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China se ha negado a comentar sobre el futuro de Qin y tampoco ha respondido a las solicitudes de información sobre su nuevo puesto.
El fracaso de Qin Gang refleja la fragilidad de la carrera política en una autarquía como China, donde el apoyo interno y la fidelidad al partido son cruciales para la supervivencia.
La política en China a menudo puede parecer un juego de ajedrez, donde un movimiento en falso puede llevar a perder no solo la partida, sino también la posición y el poder.
La desaprobación abrupta de Qin destaca cómo un político puede escalar rápidamente hacia la cima, pero también caer con la misma rapidez si las circunstancias dentro del partido cambian.
Los expertos advierten que el caso de Qin es un recordatorio significativo del delicado equilibrio de poder en el que operan los líderes chinos y cómo este equilibrio puede cambiar de un día para otro.