El bloque BRICS añade nuevos miembros y fortalece su oposición a las estructuras internacionales occidentales.
En la cumbre de los países BRICS en Sudáfrica, se decidió invitar a seis nuevos miembros al bloque: Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Egipto y Etiopía.
Aunque algunos de estos países son conocidos por sus regímenes represivos, se ha hecho evidente que Rusia y China están fortaleciendo su influencia en la organización.
El bloque BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, no cuenta con una cohesión geográfica o cultural clara, pero ha sido visto por Rusia y China como una contraparte a las estructuras internacionales occidentales, como la OTAN, el FMI y el G7. Desde su creación, este bloque ha despertado el interés de varias autocracias anti-coloniales.
En el discurso transmitido de manera remota, el presidente ruso Vladimir Putin expresó su satisfacción por la expansión del bloque, aunque no pudo asistir en persona debido a una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional.
Putin acusó a los países occidentales de mantener una política neo-colonialista y buscar preservar su hegemonía global.
Esta postura despierta dudas sobre cuánto tiempo podrá India, que tradicionalmente se ha enorgullecido de ser una democracia basada en el estado de derecho, permanecer involucrada en el bloque BRICS.
La adhesión de estos nuevos miembros representa un desafío para el bloque, ya que algunos de ellos son conocidos por su historial represivo.
Aunque la intención inicial del bloque era promover el desarrollo y la cooperación entre países en vías de desarrollo, parece que ahora se ha convertido en una herramienta para la expansión de la influencia rusa y china en la escena internacional.
Esta última decisión de los BRICS refleja una creciente polarización en el ámbito global, con Rusia y China fortaleciendo su posición y desafiando el orden occidental establecido.
La influencia de estos países en el bloque BRICS puede tener implicaciones significativas en la forma en que se toman las decisiones y se abordan los problemas globales.
Es necesario estar atentos a los movimientos futuros del bloque y su impacto en el escenario internacional.