El río Negro, uno de los principales afluentes del Amazonas, ha alcanzado su nivel más bajo en los últimos 121 años. Esta sequía récord ha dejado a cientos de comunidades ribereñas aisladas y sin acceso a agua potable. Además, ha interrumpido la navegación comercial que abastece a la ciudad de Manaus, la cual está sufriendo las peores consecuencias de esta sequía. También se ha visto afectado el turismo en la región.

El río Negro, uno de los principales afluentes del Amazonas y el sexto más grande del mundo en términos de volumen de agua, ha alcanzado su nivel más bajo desde que se comenzaron a realizar mediciones oficiales cerca de Manaus hace 121 años.

Esta sequía récord confirma que la mayor selva tropical del mundo está sufriendo su peor sequía, poco más de dos años después de su mayor inundación.

El pasado lunes por la mañana, el nivel del agua en el puerto de la ciudad alcanzó su punto más bajo, con tan solo 13,5 metros, frente a los 30,02 metros registrados en junio de 2021, que fue el nivel más alto jamás registrado.

El río Negro drena aproximadamente el 10% de la cuenca del Amazonas.

Esta sequía también ha afectado al río Madeira, otro importante afluente del Amazonas, que también ha registrado niveles históricamente bajos.

Esto ha provocado la paralización de la represa hidroeléctrica de Santo Antonio, la cuarta más grande de Brasil.

A lo largo del Amazonas brasileño, los bajos niveles del río han dejado a cientos de comunidades ribereñas aisladas y luchando por acceder a agua potable.

La sequía también ha interrumpido la navegación comercial que abastece a Manaus, una ciudad de 2 millones de habitantes con un gran parque industrial.

Manaus es la ciudad más grande y la capital de Amazonas, el estado más afectado por la sequía.

A finales de septiembre, 55 de sus 62 municipios entraron en estado de emergencia debido a la sequía severa.