La ciudad de Bolonia se ha convertido en la primera gran ciudad italiana en imponer un límite de velocidad de 30 km/h en las calles principales, con el objetivo de mejorar la seguridad vial y promover ciudades más seguras y sostenibles. Aunque la medida ha generado críticas y preocupaciones, el alcalde de Bolonia, Matteo Lepore, defiende que esta limitación es necesaria para garantizar un mejor uso del espacio público y reducir los accidentes de tráfico.
Bolonia se ha convertido en la primera gran ciudad italiana en imponer un límite de velocidad de 30 km/h en las calles principales.
Esta medida, que entró en vigor a mediados de enero, ha generado diversas opiniones y reacciones entre los ciudadanos y los conductores de la ciudad.
Uno de los sectores que se ha visto directamente afectado por este cambio ha sido el de los taxistas.
Luca Mazzoli, un taxista local, ha asegurado que desde que se implementó el límite de velocidad ha tenido que explicar a sus pasajeros el motivo de su conducción más lenta.
Además, Mazzoli afirma que debido a esto ha recogido menos pasajeros y ha sufrido más atascos de tráfico, lo que dificulta su trabajo.
Sin embargo, el alcalde de Bolonia, Matteo Lepore, defiende que esta limitación es necesaria y forma parte de su visión de un uso más sostenible y democrático del espacio público.
Según Lepore, la velocidad reducida contribuirá a hacer de Bolonia una ciudad más segura, saludable y habitable.
Además, prevé que esta medida impulse la construcción de más carriles bici y favorezca el uso del transporte público, en línea con los objetivos de neutralidad de carbono para combatir el cambio climático.
Lepore también señala que las ciudades italianas han sido construidas durante siglos y no están preparadas para el alto volumen de automóviles.
Por tanto, es fundamental tomar medidas para reducir la dependencia de los vehículos privados y fomentar modos de transporte más sostenibles.
En cuanto a la seguridad vial, el alcalde destaca que la reducción de la velocidad contribuye a disminuir el número de accidentes mortales.
En 2022, se registraron alrededor de 60 fallecimientos relacionados con el tráfico en el área de Bolonia.
Ante esta cifra, Lepore argumenta que es necesario limitar el uso de los automóviles privados en beneficio de la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.
Aunque hay críticos que señalan los posibles efectos negativos de esta medida, como una mayor congestión del tráfico y un impacto en el sector del transporte, el alcalde insiste en que la implementación de límites de velocidad más bajos es un paso necesario hacia ciudades más seguras, saludables y sostenibles.
La ciudad de Bolonia espera que esta medida sirva de inspiración para otras ciudades italianas y europeas en la búsqueda de un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.