La cápsula Starliner de Boeing presenta ruidos extraños, lo que complica su exitoso regreso tras ocho meses en la ISS.
La cápsula Starliner de Boeing, que ha permanecido atracada en la Estación Espacial Internacional (EEI) desde junio de este año, ha comenzado a presentar ciertos problemas, incluyendo la emisión de ruidos poco habituales.
Este hecho fue reportado por uno de los astronautas a bordo, el estadounidense Butch Wilmore.
Durante la tarde del sábado, hora de EE. UU., Wilmore se comunicó con el control de misión en Houston para informar sobre los extraños sonidos que provenían de un altavoz en el interior de la cápsula.
"Tengo una pregunta sobre el Starliner", expresó Wilmore.
"Hay un ruido extraño que sale del altavoz... No estoy seguro de qué lo está causando". Los técnicos en la sala de control se involucraron inmediatamente, monitoreando en tiempo real lo que ocurría en la cápsula.
Después de una breve conversación, el control de misión también pudo escuchar la anomalía.
"Está bien, Butch, eso se escuchó aquí", comunicaron desde Houston.
Describieron el sonido como algo similar a un pulso, asemejándose a un 'ping' de sonar.
Esta situación ha llevado a los astronautas y al personal de misión a cuestionarse sobre las causas de tales ruidos.
Cabe recordar que la cápsula Starliner se había visto afectada anteriormente por una serie de fallos en sus propulsores y fugas de helio durante una prueba realizada en junio.
A pesar de que el viaje inaugural se diseñó para durar ocho días, ha pasado ya un total de ocho meses en condiciones de espera, situación que ha llevado a la NASA, Boeing y a la competencia de SpaceX a continuar evaluando el futuro de la misión.
Recientemente, las autoridades de NASA tomaron la decisión de no traer a casa a la primera tripulación del Starliner, considerando que los problemas relacionados con el sistema de propulsión eran demasiado riesgosos.
Esto supone un duro golpe para el programa espacial de Boeing, que se enfrenta a múltiples desafíos en su intento de operar de manera segura y efectiva en el ámbito espacial.
Los problemas con el Starliner no son nuevos.
Este proyecto se ha enfrentado a retrasos y a obstáculos tecnológicos desde su inicio.
En 2014, Boeing firmó un contrato con la NASA por valor de alrededor de 4.200 millones de dólares (aproximadamente 3.700 millones de euros) para desarrollar este vehículo con el objetivo de transportar astronautas hacia y desde la EEI. Sin embargo, los contratiempos han generado serias preocupaciones acerca de la capacidad de la compañía para cumplir con sus expectativas.
Mientras tanto, los esfuerzos en la exploración espacial continúan, con empresas como SpaceX mostrando un progreso más constante y exitoso con sus misiones.
La situación del Starliner podría influir en la percepción pública sobre el futuro de los programas tripulados de Boeing, así como en su posición competitiva en la industria espacial.