La falta de apoyo al presidente Biden genera especulaciones sobre su futuro político, mientras Trump se presenta como un símbolo de estabilidad.

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La especulación sobre el futuro político del presidente estadounidense Joe Biden se intensifica rápidamente.

Recientes rumores, sin fuentes verificadas, afirman que altos demócratas están amenazando con retirar su apoyo.

Otros reportan que el ex presidente Barack Obama y la ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, han sugerido en privado que Biden debería considerar retirarse de la carrera.

Biden, de 81 años, se encuentra en aislamiento en su casa de vacaciones en Delaware tras dar positivo por COVID-19. Desde su actuación decepcionante en el primer debate presidencial del mes pasado, su fragilidad y torpezas en entrevistas y eventos han generado preocupaciones sobre su capacidad para mantenerse en la contienda, alimentando rumores de que su control sobre el partido se está volviendo más tenue.

Este fin de semana, Biden tomará una decisión crucial sobre su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos, mientras los sondeos de opinión muestran un panorama cada vez más negativo para él.

En medio de este tumulto, su principal rival, Donald Trump, se presenta como un contrapunto de unidad y estabilidad.

Durante la convención nacional republicana, el comentarista político conservador Tucker Carlson encendió el ambiente para el discurso de aceptación de Trump, afirmando que "Dios está con nosotros en este momento". Posteriormente, Trump emergió con una actitud de calma, plantándose ante sus seguidores y afirmando, "me presento ante ustedes por la gracia del Todopoderoso".

Trump, conocido por su ego desbordante y sus proclamas de información errónea, mostró un nuevo lado con un tono más serio durante su discurso récord de 93 minutos.


Contrariamente, Biden parece atrapado en su antiguo yo, cometiendo errores en sus declaraciones, pero manteniendo un discurso generalmente claro en política.

Sin embargo, esa política tradicional ya no parece suficiente en este contexto.

Sondeos nacionales promedian el apoyo a Trump en un 43.2%, frente al 40.1% de Biden.

Tras el tiroteo del fin de semana, se presume que Trump avanzará con fuerza en las elecciones.

Sin embargo, esto podría cuestionarse, pero la nueva realidad establece que mientras más se prolongue la crisis en torno a Biden, más fácil será para Trump navegar hacia la Casa Blanca.

Los líderes demócratas han sido culpados por esta situación, ya que no evaluaron con rigor la idoneidad del presidente para continuar en su cargo mucho antes de que iniciara la campaña.

Ahora se enfrentan a la necesidad de respaldar la candidatura de Biden de manera decidida o cancelarla pronto.

Biden debe tomar la iniciativa, aunque hay pocas señales de que pueda hacerlo.

Es trágico que hayamos llegado a este punto, no solo para Estados Unidos, sino para el mundo que busca en América liderazgo, protección y esperanza.

La democracia funciona mejor con una competencia fuerte donde se debaten ideas y políticas, y es desventajosa para todos cuando un candidato avanza sin oposición.

La incertidumbre en las elecciones de EE.UU. se agudiza, pues se ha permitido que la contienda se reduzca a una lucha entre dos hombres mayores, ambos mostrando signos de debilidad y vulnerabilidad.