En un movimiento inesperado, Barcelona, uno de los destinos turísticos más populares de España, anunció el viernes que prohibirá los alquileres de apartamentos a turistas para el año 2028. El alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, dijo que para noviembre de 2028 se revocarán las licencias de los 10.101 apartamentos actualmente aprobados como alquileres a corto plazo.

Esta medida busca controlar el aumento excesivo de los costos de vivienda y hacer que la ciudad sea habitable para sus residentes.

Collboni afirmó que están enfrentando lo que consideran el mayor problema de Barcelona.

El auge de los alquileres turísticos en la ciudad ha provocado que algunos residentes no puedan costear un apartamento, ya que los alquileres han aumentado un 68 por ciento en los últimos 10 años y el costo de comprar una casa ha subido un 38 por ciento.

El acceso a la vivienda se ha convertido en un factor de desigualdad, especialmente para los jóvenes.

Si bien los gobiernos nacionales disfrutan de los beneficios económicos del turismo, con España entre los tres países más visitados del mundo, la situación ha llevado a que en algunos lugares los residentes locales sean excluidos debido a los altos precios, lo que ha generado temas como la gentrificación y la preferencia de los propietarios por alquileres turísticos lucrativos, que son cada vez más debatidos en Europa.

Gobiernos locales han anunciado restricciones a los alquileres a corto plazo en lugares como las Islas Canarias, Lisboa y Berlín en la última década.

La ministra de Vivienda socialista de España, Isabel Rodríguez, expresó su apoyo a la decisión de Barcelona.

"Se trata de hacer todos los esfuerzos necesarios para garantizar el acceso a una vivienda asequible", escribió en X.

Barcelona se suma así a la lista de ciudades europeas que buscan equilibrar la industria turística con las necesidades de sus residentes, tratando de frenar los efectos negativos que puede generar el turismo masivo en el mercado inmobiliario.