El Partido de la Libertad de Austria, liderado por Herbert Kickl, se encamina hacia una victoria sin precedentes en las elecciones generales, tomando ventaja sobre sus rivales con políticas restrictivas en inmigración y críticas a la ayuda militar occidental a Ucrania.

El Partido de la Libertad de Austria, bajo el liderazgo de Herbert Kickl, se dirige hacia una victoria electoral sin precedentes, según las proyecciones iniciales.

Los primeros resultados indican que el partido alcanza un 29,2% de los votos, superando en tres puntos al conservador Partido del Pueblo, que se sitúa en un 26,2%. Esta sería la primera victoria de un partido de extrema derecha en unas elecciones nacionales en Austria desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Las predicciones se basan en encuestas a pie de urna que indican que los votantes han respondido favorablemente a las propuestas del partido, especialmente en un contexto de creciente preocupación por la inmigración y la guerra en Ucrania.

En este sentido, el apoyo a la libertad se ha consolidado en Europa Central, fortaleciendo a las fuerzas pro-rusas y anti-establishment.

Las proyecciones de la televisión pública ORF situaron al Partido de la Libertad en un 29,1% y al Partido del Pueblo, encabezado por el canciller Karl Nehammer, en un 26,2%. Por su parte, los socialdemócratas de centro-izquierda ocupan el tercer lugar con un 20,4%.

Herbert Kickl, quien ha liderado el Partido de la Libertad desde 2021 y fue ministro del Interior, ha prometido a la población austriaca la construcción de una "Fortaleza Austria", con el objetivo de restaurar la seguridad, la prosperidad y la paz en el país.

Este partido, uno de los más antiguos de la derecha populista en Europa, ha adoptado políticas cada vez más extremas y contrarias a la inmigración, y nunca antes había obtenido la primera posición en unas elecciones nacionales.

Fundado en los años 50 por antiguos miembros de las SS y veteranos nazis, el partido ha evolucionado a lo largo de las décadas, pero su retórica antiinmigración ha cobrado especial fuerza en los últimos años.

Durante su campaña, Kickl ha abanderado un discurso en contra de las sanciones a Rusia, ha criticado la ayuda militar que Occidente brinda a Ucrania y ha expresado su deseo de desvincular a Austria de la Iniciativa del Escudo Aéreo Europeo, un proyecto de defensa misilística lanzado por Alemania.

En este contexto político tenso, las calles de Viena han sido testigos de manifestaciones de protesta tras los resultados iniciales que apuntan al partido de extrema derecha como claro líder.

Kickl, al auto-designarse como el ‘Volkskanzler’ (canciller del pueblo), ha utilizado un término con resonancias históricas complejas, pues fue usado por los nazis para referirse a Adolf Hitler en la década de 1930. Sin embargo, Kickl ha rechazado cualquier comparación.

En su plataforma electoral, el Partido de la Libertad promueve la ‘remigración de extranjeros no invitados’ y aboga por un país más ‘homogéneo’ gracias a un control estricto de las fronteras y la suspensión del derecho de asilo mediante una ‘ley de emergencia’.

El resultado final de estas elecciones se espera que se publique el lunes, una vez que se hayan contabilizado también los votos por correo.

Sin duda, esta elección marca un giro significativo en la política austriaca y refleja las tendencias extremistas que han ido ganando terreno en Europa en los últimos años.