El primer ministro chino Li Qiang había abandonado Perth con destino a Malasia el martes por la tarde cuando el gobierno australiano emitió un comunicado expresando 'graves preocupaciones' por el último acto 'peligroso e ilegal' de China en el Mar de China Meridional.

Fue un golpe de realidad al final de un blitz diplomático de cuatro días por Australia por el segundo al mando de Xi Jinping, perforando cualquier euforia restante por los regalos de pandano en Adelaide y poniendo fin al llamamiento quijotesco de Li para que los dos países 'dejen de lado' sus diferencias.

El primer ministro Anthony Albanese había estado hospedando a Li en Perth cuando los informes de noticias tomaron fuerza de que un buque de la Guardia Costera china había embestido un barco de las Filipinas cerca de las disputadas Islas Spratly el día anterior, lo que resultó en la sección de un dedo de un marinero filipino y varios miembros de la tripulación sufrieron heridas leves.

El incidente, que sigue a otras confrontaciones peligrosas por parte de buques y aviones militares chinos hacia la Armada Australiana, es parte de un patrón de comportamiento agresivo por parte de China que los Estados Unidos y sus aliados temen que esté a un paso de un conflicto catastrófico que arrastre a la región a una guerra.

Albanese expresó las preocupaciones de Australia al primer ministro en privado.

La declaración pública oficial, publicada discretamente en el sitio web del Departamento de Asuntos Exteriores, llegaría después de la partida de Li, muchas horas después de que ocurriera el incidente.

La visita de Li, la primera de un primer ministro chino en siete años, es un testimonio del éxito del modelo de diplomacia discreta que ha sustentado los esfuerzos de Albanese y la Ministra de Relaciones Exteriores Penny Wong para estabilizar la relación de Australia con la superpotencia volátil.

Pero la visita también expuso sus limitaciones, planteando nuevas preguntas sobre si este enfoque de 'estabilización' ha llegado a su fin y ahora se realiza a expensas de una defensa más enérgica y pública de los intereses nacionales de Australia.

El Dr.

Benjamin Herscovitch, investigador en relaciones Australia-China en la Universidad Nacional de Australia, dijo que después de años de relaciones frías entre los dos países, el hecho de que la visita haya ocurrido en sí mismo fue una 'victoria'. Pero al mismo tiempo, la decisión del gobierno de Albanese de reducir la retórica crítica de Australia hacia China desde que asumió el cargo e incluso participar en una autocensura política fueron claras victorias para Beijing.

En este contexto de crecientes tensiones en la región del Mar de China Meridional, es fundamental que los países vecinos trabajen juntos para mantener la estabilidad y la seguridad en la zona.