Gillian Triggs, ex comisionada de derechos humanos de Australia, señala que el intento del Reino Unido de imitar los métodos de línea dura de Australia en el control migratorio ha demostrado que no funcionan.

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En una entrevista para marcar el final de su mandato en Ginebra como Alta Comisionada Adjunta para la Protección del ACNUR, la ex presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Australia, Gillian Triggs, respaldó la reciente decisión del Tribunal Supremo que determina que Australia no puede detener indefinidamente a las personas, considerando que es un resultado positivo.

Triggs afirma que la idea de que los métodos ilegales de Australia para detener los barcos sirven de modelo para los países europeos es "absurdo e inviable", un hecho que se ha demostrado por los intentos fallidos del Reino Unido de enviar migrantes a Ruanda.

"Australia no es un modelo para otros países", dice Triggs.

"El modelo australiano no es visto favorablemente.

Por supuesto, algunos de derecha dirán 'han detenido los barcos'. Eso es cierto, pero por razones ilegales.


Pero ese modelo no puede funcionar en el Mediterráneo, ni puede funcionar en el Canal de la Mancha".

Durante años, Australia se mantuvo como un caso excepcional a nivel internacional debido a su política de interceptar barcos con destino a sus costas y llevar a los solicitantes de asilo y migrantes a centros de detención en islas offshore.

La polémica política, formulada por el ex primer ministro John Howard en 2001, gozaba de amplio respaldo en el país, pero fue condenada internacionalmente por organismos de derechos humanos.

En noviembre, el Tribunal Supremo dictaminó que mantener a las personas en centros de detención migratoria indefinidamente era ilegal, revocando una práctica central de la política fronteriza de línea dura de Australia.