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Singapur: Un australiano ha sido condenado a cadena perpetua en Filipinas después de ser declarado culpable de reclutamiento ilegal.

Fue arrestado mientras intentaba volar a Singapur con su novia filipina y otras seis mujeres.

Troy Birthisel, ex ejecutivo minero de 54 años, ha estado recluido desde 2013 en la cárcel de la ciudad de Lapu-Lapu, en la provincia de Cebú. Tras un juicio que se prolongó durante años, el viernes pasado un juez lo declaró culpable del delito de reclutamiento ilegal con sabotaje económico a gran escala y le impuso una condena de cadena perpetua.

Troy Birthisel, de 54 años, fue arrestado mientras intentaba volar a Singapur con su novia filipina y otras seis mujeres.

Crédito: Fairfax Media

Birthisel se declaró inocente y mantuvo su inocencia durante todo el juicio, insistiendo en que él y su novia simplemente acompañaban a las mujeres, que nunca habían viajado al extranjero antes, a Singapur para someterse a pruebas psicométricas para trabajar en la hospitalidad.

Contactado en la prisión el martes, dijo que estaba demasiado impactado por el resultado como para comentar, y se remitió a su abogado filipino, Albert Lulu.

Birthisel no estuvo físicamente presente en la corte para el veredicto y la sentencia, pero compareció por videoconferencia, según Lulu, quien indicó que presentaría una apelación ante un tribunal superior en Cebú.

“Estábamos anticipando, por supuesto, un veredicto de no culpabilidad y para nuestra sorpresa y consternación, fue en la otra dirección”, dijo Lulu.

“Diría que está profundamente abatido.

Está triste.

Ha estado en la cárcel durante mucho tiempo y ya no es tan joven.

“Pero intenta mantener la calma y concentrarse porque la batalla aún no ha terminado.

Sé que en su interior sabe que tenemos mejores oportunidades en el tribunal superior.

Respetamos la decisión del tribunal, pero estamos en total desacuerdo con ella.

Es por eso que la llevamos al tribunal superior”.

El abogado del australiano dijo que la novia de Birthisel, Lovely Modina, también recibió una condena de cadena perpetua y que se les impuso una multa de 2 millones de pesos (48,000 euros).