Los primeros ministros de Australia y Nueva Zelanda han mostrado su preocupación ante el creciente poder regional de China y su comportamiento en el estrecho de Taiwán, así como un nuevo acuerdo policial con las Islas Salomón.
Los primeros ministros de Australia y Nueva Zelanda, Anthony Albanese y Chris Hipkins respectivamente, han expresado su inquietud en relación al creciente poder de China en la región del Pacífico.
Albanese se reunió con Hipkins en Wellington el miércoles pasado, un mes después de que este último viajara a Beijing con el objetivo de fortalecer las relaciones con la superpotencia.
Manifestaron un serio recelo ante los sucesos que están ocurriendo en el Mar del Sur de China y describieron las actividades desestabilizadoras que se están intensificando.
Los mandatarios también expresaron su preocupación por las tensiones en el estrecho de Taiwán, una región que ha sido objeto de disputa y conflicto durante décadas.
Nueva Zelanda había evitado criticar a Beijing en público tras incrementar sus exportaciones hacia China durante la pandemia COVID-19, y durante las sanciones a productos australianos como el vino y la lana.
En junio, se informó que la ministra de Exteriores de Nueva Zelanda, Nanaia Mahuta, recibió una dura reprimenda durante una hora de Qin Gang, en aquel momento ministro de Asuntos Exteriores de China, durante una reunión en Beijing en marzo.
Wang Xiaolong, embajador de China en Wellington, luego advirtió a Nueva Zelanda que no debería dar por sentada su relación comercial con China.
En una reunión en junio, Xi describió su encuentro con Hipkins como 'muy significativo' y mencionó que Hipkins había afirmado en varias ocasiones su interés por las relaciones chino-neozelandesas y su voluntad de seguir fortaleciendo la cooperación con China.
Necesitamos observar cómo se desarrolla esta situación en un contexto internacional cada vez más tenso y complicado.